Hace 45 años el gobernador Rafael Camacho Guzmán (1973-1979) hizo el primer esfuerzo por mejorar el transporte público. Sólo, lo dijo. En los 70 Querétaro experimentó un periodo de crecimiento y desarrollo significativo. Llegaron las empresas globales y se construyeron los primeros Parques Industriales. Había unos 300 mil habitantes. La economía migraba del campo, a la industrialización.

En las calles circulaban los peseros. Eran camiones chicos o adaptados, que cobraban un peso. No tenía paradas establecidas, ni horarios, ni reglas.

De 1985 a 1991, Mariano Palacios Alcocer intentó ordenar las rutas y los horarios del transporte, sin mucho éxito.

Enrique Burgos García de 1991 a 1997, se aplicó en la mejora de vialidades (un tráfico más fluido); pero no, en la del transporte colectivo.

Con Ignacio Loyola Vera (el primer gobernante panista) de 1997 al 2003, tampoco hubo una transformación radical. Intentó exigir a los concesionarios renovar sus unidades, y extendió las rutas, exigido por el crecimiento de la mancha urbana.

En 2003, Querétaro ya había sobrepasado el millón de habitantes. El panista Francisco Garrido Patrón administraba un estado próspero, que migraba de la industria autopartera a la aeroespacial. 24 años después de los incipientes esfuerzos de Camacho Guzmán; Garrido hizo el primer intento (ordenado) por modernizar el transporte público.

Propuso crear un Sistema Integral que lo reorganizaría, pero no se consolidó. El esfuerzo se quedó en el papel.

En 2009 José Calzada Rovirosa destrozó al panismo (embriagado de soberbia), con una gran campaña electoral, y empeñó su bono democrático en varios tiros. Uno de ellos, el transporte público.

Creó RedQ. Que buscó consolidar esa modernización, con nuevas unidades y rutas troncales. Con estricto monitoreo, y la implementación (por primera vez) de un sistema de tarjetas de prepago. El proyecto no cuajó.

Llegó Pancho Domínguez en 2013, y le cambió a QroBus. Había prometido en campaña que dejaría un transporte “moderno, eficiente y accesible”. No cumplió. Le entregó la concesión a la empresa MovilQrobús (ADO y Flecha Amarilla). Se les ocurrió comprar camiones chinos, que terminaron en chatarra.

Domínguez terminó peleado con el impresentable alcalde Marcos Aguilar, que puso “por sus pistolas” 8 inservibles Paradas Dubai, que le costaron a los queretanos 33.5 mdp.

Hoy Mauricio Kuri se salió de la caja. Dio un manotazo, e impuso un proyecto disruptivo. No cambió las reglas, cambió el modelo. El 17 de noviembre del 2022, creó la Agencia de Movilidad (AMEQ) comandada por Gerardo Cuanalo; a la que le dio dientes, para castigar a concesionarios incompetentes.

Kuri dio un volantazo y se quitó casi 50 años de intentos fallidos de ofrecer un transporte digno para los queretanos.

En 21 meses compró 400 unidades Mercedes-Benz nuevas (que llegarán a mil), puso a 250 mujeres (capacitadas) a manejarlas. Construyó 7 kilómetros de carril confinado y 7 paradas, que usan 400 mil ciudadanos diarios. El 95% usan tarjeta de prepago.

Impuso una tarifa de $2, la más barata del país, que usan más de 110 mil ciudadanos. Sería irresponsable no verlo. Si el volantazo de Kuri hubiera fallado, hoy estuviéramos sufriendo otra realidad política. Qrobús fue aprobado en las urnas, y salvo uno que otro, espejeado.

@PedroPabloTR.

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