No hay exgobernador más querido. Donde se presenta, los panistas se desbordan para vitorearlo.
Ese bono orgánico que trasciende su sexenio, consolida las firmes convicciones opositoras de Francisco Domínguez Servién, dentro del propio PAN.
Lo legitima su sonora popularidad, entre la militancia, pero sobre todo sus datos duros.
De 2006 a 2015 participó en cuatro elecciones. Todas las ganó en la calle. Fue diputado federal (2006), alcalde (2009), senador de la República (2012) y gobernador (2015).
En su urna personal —sumando todas las elecciones donde compitió— ha recibido 894 mil 789 votos. En 2006 derrotó 2 a 1 al PRI, y en 2015, más de 2 a 1 a Morena.
Por eso Domínguez se siente tan seguro de presumir que hay partidos políticos que se lo pelean.
Por eso, puede advertirle a Ricardo Anaya que no se pare en Querétaro para hacer política, y —también puede— calificar de inútil al impresentable Marko Cortés, cada que se hace, que no lo ve.
Pancho quiere un PAN sacudido del control de Ricardo Anaya Cortés, y de sus padroneros. El tiro político es directo contra el excandidato presidencial exiliado, hoy senador.
Ricardo Anaya impuso en la dirigencia de Acción Nacional a Marko Cortés —ese que se unió al PRI y le regaló la controvertida diputación pluri a los Yunes) y hoy, intentan entregársela a Jorge Romero.
El médico veterinario le pide abiertamente a la militancia, que no vote por Jorge.
“Que me expulsen si quieren”, les reprocha sin esconderse.
Y es que sólo por rendimiento electoral, la salida del exgobernador sería (muy) lamentable, y altamente peligrosa para los intereses reeleccionistas del panismo en 2027.
Fraccionaría al partido en un momento de muy alto riesgo. Morena —sin candidatos potentes— creció 400% en votación, en los últimos nueve años.
La 4T no necesita un Superman para ganar. La marca crece sola; montada en los 33 mil millones de pesos que metió en Querétaro el expresidente López Obrador —durante los 77 meses de su gobierno—, repartidos por Bienestar a más de 385 mil ciudadanos.
El exdiputado, alcalde, senador y gobernador ve dos PAN(es). El de la cúpula nacional secuestrada por Anaya, y otro queretano.
Aquí, dice que están unidos con la llegada de Martín Arango al estatal, y listos para ganar la siguiente elección local.
“En Querétaro vamos a salir fortalecidos, y vamos a volver a ganar el 27”, afirma.
Quieran o no. Simpaticen o no. Les gusten sus modos o no. Pancho está vigente, y es factor.
Es una pieza del Jenga —juego de cambio, colocación y equilibrio de piezas para que una Torre de madera, no se caiga—.