Los asesores de PCN y la Secretaría de Gobierno fueron incapaces de advertirle al gobernador, en dónde se estaba metiendo. Si el pasado domingo, Mauricio Kuri quería ir (por cortesía con Andrés Manuel y Claudia), debieron advertirle 20 veces el grave riesgo.

Para el más simple y mínimo sentido común, había muchas señales, que presagiaban un desencuentro.

No las vieron. No las advirtieron. Que inoperancia.

Desde la pre-gira el equipo de Carlos Alcaraz (que estuvo presente el día de la gritería) se dio cuenta que la organización la traía totalmente Morena. Ni la ayudantía del presidente Andrés Manuel López Obrador, ni el de la virtual presidenta Claudia Shembaun.

Las acreditaciones a los periodistas, los entregaba un sujeto con gorra del PT.

De los 6 mil asistentes, el 90% eran beneficiados de los programas del Bienestar que opera (a capricho) el diputado Gilberto Herrera por medio de su empleada, la delegada Claudia Peniche.

La SEGOB queretana operó por zoom (no personalmente) varias reuniones con secretarios de gobierno metropolitano, para ajustar una estrategia, que fracasó.

Entre todos, juntaron 500 viejitos para acarrearlos al evento. Los dejaron solos. No supieron qué hacer.

¿Los de Giras (que es un equipo que viene desde Pancho Domínguez), tampoco vieron nada? Si ellos hacen el primer contacto. Ahí se pacta todo: ¿Quién controla? ¿Quién viene? ¿Cuántos vienen? ¿De dónde vienen? ¿Por dónde, se entra o sale? ¿Dónde y con quién se sienta el gobernador? ¿Habla o no habla?

¿Dónde estuvo la operación de SEDESOQ? Tiene un padrón de más de 700 mil beneficiarios únicos.

Una grave cadena de errores e irresponsabilidades. ¿Alguien elaboró una Agenda de Riesgos? Se hace, o se hacía siempre.

Los chamaquearon.

Dejaron todo suelto. Se confiaron. “No pasa nada”, la misma actitud displicente de aquel fatídico 5 de febrero, en el ‘Estadio Corregidora’.

Así, unos 500 gritones. No solamente gente de Gilberto Herrera, Santiago Nieto o Luis Humberto Martínez, sino comerciantes radicales y gente de Maconi, hicieron pasar un mal rato a un gobernador electo constitucionalmente. Que los venció sobradamente en las urnas, con 253 mil votos de diferencia.

El colmo. Los asesores le hicieron un discurso larguísimo, para tan peligroso escenario. Lo expusieron irresponsablemente.

No era muy difícil saber que la banda morenista ya había abucheado a 12 gobernadores.

Kuri tenía el pretexto ideal de su gira extranjera, para recibirlos y no ser descortés. Una recepción antes, la foto, y un enviado al pódium, que no hablara.

Hace 2 años Andrés Manuel vino al Centro de Congresos a entregar apoyos. Lupita Murguía, secretaria de Gobierno, le aconsejo a Kuri que no fuera. El gobernador no lo hizo. Se llama oficio.

El desencuentro del domingo 21 de julio era absolutamente predecible, y deja un delicado precedente. Si Morena ve que dolió, lo seguirá haciendo en la agenda local.

La agenda político-social tendrá que dar un giro radical. Los funcionarios tienen que salir a la calle. Ser cercanos a sus ciudadanos y sus problemas cotidianos.

Hay una gravísima crisis en la operación política. Tendrían que venir cambios, y un manotazo, a la mitad del sexenio. Debe ajustarse pronto.

En sus últimos años, los gobernantes la pasan mal. Les suceden situaciones que no pasaban. Les dejan de hablar, invitar y contestar. Hoy todavía es tiempo mostrar, quien manda.


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