El saludo.
Querida “R”: ¿cuál es el momento adecuado para iniciar algo?, ¿para expresar una aspiración legítima?, ¿para llevar a la práctica un ideario?, ¿para incidir en un proceso?, ¿para dinamitar una negociación?, ¿para alimentar una esperanza?
El mensaje.
¿Qué momentos observas en la “La Cosa Pública”?
¿Un momento de incertidumbre ante la eventual renegociación del T-MEC?, ¿el momento oportuno para reactivar la imagen del expresidente Carlos Salinas como artífice del antiguo TLCAN?
¿El momento de suspirar —políticamente— por el 2027 e incluso por el 2030?; ¿momento de hermetismo y de cautela?, ¿de trabajo y de resultados?, ¿de arriesgue y anticipación?, ¿de construcción de escenarios?
A estas alturas, ya sabes que los momentos de “La Cosa Pública” no se contienen en moldes rígidos; están sujetos a la flexibilidad y variabilidad de la vida misma. Son parte de un “gran baile” en el que danzan continuamente intenciones, decisiones y realizaciones.
Saber leer los momentos, tener buen “timing político”, es virtud de pocos; algunos lo atribuyen a una intuición, para otros obedece a un instinto bien informado y, para algunos más, es un arte en el que la voluntad juega un papel fundamental.
Lo cierto es que, tanto los escenarios como los actores políticos se sujetan a una misma variable: llegar a ser. Y lo primero y más importante para controlar los momentos venideros, es ser dueño de uno mismo; para luego llegar a ser-suceder, dentro de las posibilidades.
En el camino, el margen de equivocación es muy amplio. Pero es precisamente por medio del error, como mejor aprendemos a “leer los momentos”; a reflexionar sobre la información recibida, a jerarquizarla, ordenarla, decidir y actuar consistentemente.
Piénsalo: tenemos la consciencia de los momentos complicados que afrontamos en lo económico, en lo político y social; de los problemas, los retos y las adversidades. Lo que nos falta, la mayoría de las veces, es pasar a la acción.
Comencemos por plantearnos preguntas como estas: ¿cuál es el momento para apostar por la educación?, ¿por la ética?, ¿por la innovación?, ¿por la colaboración y el desarrollo? O cambiamos los momentos, o los momentos nos cambiarán a nosotros; entenderlo, es fundamental para construir una cultura de cambio, creativa y bien estructurada.
La despedida.
Querida “R.”: recuerda con Goethe que “la ventaja se la lleva aquel que aprovecha el momento oportuno”. Y, siendo consciente de ello, enfócate en la búsqueda de mejores momentos que —sabes— no construirás a partir de tu pesimismo o desde tu comodidad.
La firma.
Tu amigo: “El Discursero”.
P.D. En espera de una próxima carta, deshazte del sobre amarillo.