El pasado 1 de octubre, ante el Congreso de la Unión, Claudia Sheinbaum Pardo recibió la banda presidencial de manos de la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, y del expresidente de la nación, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Sheinbaum Pardo ya es Presidenta de México para el periodo 2024-2030.
Al finalizar la Presidenta su discurso de toma de posesión, la diputada federal Ifigenia Martínez dijo: “magnífico discurso de nacionalismo y conocimiento”. En esencia, ello define el marco de referencia de lo que es el movimiento social y político denominado “Cuarta Transformación”, el cual se convirtió desde el año 2018 en la filosofía política del gobierno mexicano encabezado por López Obrador.
En el devenir de los años, los estudiosos de la ciencias sociales y políticas habrán de explicar e interpretar con rigor científico el sexenio de AMLO, mientras tanto observaremos atentos la construcción y definición del “estilo personal de gobernar” de Claudia Sheinbaum. La prudencia de los ciudadanos será fundamental para engancharse con la administración recién estrenada. Por un lado, el nacionalismo consecuente con el espíritu del tiempo actual pretende custodiar los bienes de la nación y, por el otro lado, el conocimiento es detonar la innovación a partir de edificar un nuevo estilo de educación para convertir a México en una potencia mundial en el terreno de la economía, primordialmente.
En consecuencia, nacionalismo y conocimiento científico son el espacio estratégico de México para incorporarse a la reconfiguración de la economía-mundo capitalista y financiera, es decir, la relocalización mundial de las empresas (nearshoring). El nacionalismo mexicano no significa aislarse sino abrirse al mundo con la potencia propia de sus recursos. Sin embargo, a diferencia del proyecto neoliberal, la Presidenta de México, congruente con la filosofía política de la Cuarta Transformación, define su dirección política al respecto, a saber, la prosperidad compartida. De aquí, se identifica la hoja de ruta de cómo México funcionará en los próximos seis años.
Todo mundo está invitado a participar en el proyecto gubernamental a condición de respetar las reglas y normas consideradas para tal efecto. La autoridad moral, la honestidad y la transparencia son parte de los requisitos para la inversión nacional y extranjera. El árbitro es y será el Estado mexicano. En este sentido, la reforma judicial es importante para ajustarla a los valores recién mencionados y concordes a las exigencias de la reorientación de la economía-mundo capitalista y financiera. En suma, es evitar el saqueo irracional de la riqueza nacional, un fenómeno que permitió el modelo neoliberal. Hoy en día esta estrategia de política económica se agotó y ya muy pocos países creen en el neoliberalismo.
Después de lo mencionado, no es posible pensar que Claudia Sheinbaum esté sujeta a la sombra del caudillo de AMLO. Ambos pertenecen a un mismo movimiento social palpitante y dinámico. El discurso de Sheinbaum, nutrido de ideas, invita a la reflexión en serio…