Las consecuencias de los incendios forestales para los bosques en México tienen un saldo negativo, destacando la destrucción de biodiversidad, el aumento de la desertificación, la contaminación de las aguas y la atmósfera, así como la pérdida de los almacenes de carbono. La recuperación de los bosques dañados en ocasiones es casi imposible o, debido a los procesos naturales de sucesión, puede tardar varias décadas en volver a lograr una vegetación clímax. El efecto devastador del fuego arrasa todo lo que encuentra a su paso, resultando difícil que plantas y animales puedan sobrevivir.
De acuerdo con la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2010 (FRA por sus siglas en inglés), se estima que México cuenta con una superficie forestal de 64 mil 802 millones de hectáreas, de las cuales el 70 por ciento es de propiedad ejidal y comunal.
De conformidad con el reporte de la FRA 2010, México forma parte, junto con Brasil, Gabón, Papúa Nueva Guinea e Indonesia, del grupo de 5 países que registran mayor disminución en el área de bosques primarios en los últimos 20 años.
De acuerdo con la Semarnat, las principales causas de la pérdida de bosques y selvas en México son las actividades agropecuarias, seguidas por los desmontes ilegales y los incendios forestales.
De acuerdo con la Conafor, en México se registran incendios forestales de diversas magnitudes, los cuales varían por las condiciones climáticas y meteorológicas, entre otros factores. El registro histórico en materia de incendios se centra en dos datos básicos: el número de incendios y la superficie afectada.
El reporte semanal de resultados de incendios forestales de la Conafor registró que, durante el 2014, existieron 5 mil 325 incendios forestales afectando 155 mil 533.52 hectáreas a nivel nacional.
Según la información recabada por la Conafor, el 98 por ciento de los mismos tiene un origen antropogénico, mientras el 2 por ciento restante se originan por causas naturales. Del porcentaje de incendios forestales producidos por el ser humano, destaca que el 36 por ciento es ocasionado por actividades agropecuarias, el 23 por ciento por causas desconocidas, el 15 por ciento por fogatas de paseantes y el 10 por ciento por fumadores.
Con la finalidad de contrarrestar la degradación de los recursos naturales de nuestro país, el objeto de la iniciativa consiste en fortalecer la protección de uso de suelo de terrenos forestales incendiados. Entre lo propuesto, destaca: 1) precisar que no se podrá otorgar autorización de cambio de uso del suelo en terreno incendiado sin que hayan pasado 20 años y que se acredite fehacientemente a la Semarnat que el ecosistema se ha regenerado totalmente; 2) resaltar que el Ejecutivo federal podrá decretar vedas forestales cuando tengan como finalidad la regeneración de terrenos incendiados; 3) incluir dentro de las infracciones el realizar en terrenos incendiados cualquier actividad o uso distintos a la restauración o al manejo forestal sustentable dentro de los 20 años siguientes a que haya ocurrido un incendio, y 4) sancionar con el equivalente de 150 a 30 mil días de salario mínimo a quien cometa actos relacionados con propagación del fuego a terrenos forestales.
“Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego.” León Tolstói.