Querétaro, una ciudad tradicionalmente vinculada a la industria manufacturera, está emergiendo como un nuevo epicentro de innovación tecnológica en México. Sin hacer ruido pero con pasos firmes, el Bloque Centro de Innovación, Tecnología y Creatividad se ha convertido en el motor de un ecosistema emprendedor que está atrayendo la atención de inversores y emprendedores a nivel nacional. Y lo que está ocurriendo aquí debería ser un llamado de atención para el resto del país, e incluso para otras regiones de América Latina.
En solo un año, Bloque ha incubado 43 startups de base tecnológica, lo cual es un logro significativo para cualquier incubadora. Pero lo que hace especial este caso no es solo la cantidad de startups, sino el tipo de empresas que se están formando. Estas startups están abordando problemas reales en sectores clave como Edtech, Foodtech, Fintech y Healthtech, con un enfoque que refleja tanto la riqueza cultural de Querétaro como su potencial para integrarse en la economía digital global.
Uno de los aspectos más notables de este ecosistema es la diversidad y la inclusión. De los 190 empleos que estas startups han generado, el 40% son ocupados por mujeres, una cifra que supera los estándares de la industria en muchos países desarrollados. Además, las ventas generadas por estas startups han alcanzado 6.74 millones de pesos, un crecimiento de 4.1 veces desde el inicio del programa. Estos no son solo números; son indicadores de un cambio profundo en la economía local, donde el conocimiento y la tecnología están comenzando a reemplazar la dependencia de la manufactura tradicional.
Sin embargo, lo que realmente destaca del modelo de Bloque es su enfoque en la sostenibilidad y la formalización. Al inicio del programa, solo el 50% de las startups estaban formalmente constituidas. Hoy, esa cifra ha crecido al 90%, lo que refleja un compromiso claro con la creación de empresas que no solo sobrevivan, sino que prosperen a largo plazo. Este es un logro que no se debe subestimar, especialmente en un contexto latinoamericano donde muchas startups fracasan en sus primeros años debido a la falta de estructura y apoyo.
Pero, ¿qué significa todo esto en un contexto más amplio? Para empezar, es una señal de que el futuro del emprendimiento no está necesariamente en las grandes capitales como Ciudad de México, Buenos Aires o São Paulo. Las ciudades medianas como Querétaro tienen un enorme potencial para convertirse en centros de innovación si cuentan con el apoyo adecuado, tanto del sector público como del privado. El éxito de Bloque debería ser un modelo a seguir para otras regiones que buscan diversificar sus economías y adaptarse a las demandas de la era digital.
Además, este caso subraya la importancia de programas de incubación bien diseñados y ejecutados. Angel Ventures, el fondo que ha colaborado con Bloque, ha demostrado que con el acompañamiento adecuado, incluso las ideas más incipientes pueden transformarse en empresas rentables y sostenibles. Con más de 15 años de experiencia, Angel Ventures ha invertido más de 150 millones de USD en 78 startups, lo que refuerza el valor de un enfoque estructurado y personalizado para el éxito empresarial.