El día de ayer se anunció la creación del Clúster de Industrias Creativas de Querétaro, un esfuerzo para convocar y coordinar a los actores del ecosistema creativo del Estado y acelerar la economía naranja. En los últimos años y a nivel mundial, las industrias creativas se han posicionado como una herramienta poderosa para el desarrollo social y la innovación.
Los clústers de industrias creativas en ciudades como Londres, Barcelona y Seúl son ejemplos destacados de cómo la colaboración estratégica puede transformar estos sectores en motores económicos. Entre los casos más representativos están el distrito de Shoreditch ha evolucionado de un área industrial en decadencia a un próspero epicentro creativo, gracias a un enfoque deliberado en la convergencia de tecnología, diseño y medios.
Barcelona, por su parte, ha transformado su Distrito 22, una antigua zona industrial, en un centro creativo y tecnológico. Y Seúl ha desarrollado su Digital Media City, un clúster que incluye a empresas de entretenimiento, videojuegos, medios y tecnología.
Estos casos nos muestran cómo un ecosistema de industrias creativas bien coordinado, donde empresas, talentos y el sector público colaboran activamente, puede transformar una ciudad, tanto en términos económicos como culturales.
Querétaro, con modelos exitosos de clusterización se propone ahora estructurar el ecosistema creativo y potenciarlo, reconociendo que las industrias creativas y culturales pueden alcanzar un crecimiento significativo cuando se fomenta la colaboración entre sus actores.
Las industrias creativas destacan por su capacidad de inclusión. Sus actividades no solo permiten la participación de jóvenes que buscan expresar sus ideas y perspectivas, sino que también ofrecen plataformas para poblaciones que históricamente han enfrentado barreras en el mercado laboral: personas con discapacidad, adultos mayores, mujeres, y poblaciones indígenas. Las industrias creativas no son solo generadoras de valor económico, además abonan de forma importante a la cohesión social. Estas características hacen del sector creativo un motor para la equidad y el empoderamiento de quienes necesitan espacios más accesibles y flexibles.
La clave para el éxito de estos ecosistemas creativos es un gobierno que funcione como articulador y facilitador. En este rol, el gobierno puede conectar a artistas, gestores, emprendedores y empresas, y también abrir espacios de capacitación, financiamiento, y vinculación con mercados globales. Querétaro apunta a ser un ejemplo de cómo el sector público puede facilitar la profesionalización y escalamiento de estos actores, impulsándolos hacia la competitividad y la sostenibilidad. A través de iniciativas de clusterización, la región no solo se beneficiará de un desarrollo económico inmediato, sino que fortalecerá su identidad y cultura local en el proceso.
La economía naranja, cuando está bien estructurada y respaldada, representa una oportunidad para que el talento y la creatividad florezcan, enriqueciendo tanto la economía como a la sociedad en su conjunto.
@RubenGaliciaB