Los movimientos estudiantiles han dejado una huella indeleble en la historia de México. Por ello y en el marco del 9no aniversario del caso Ayotzinapa (26 de Septiembre) y a 55 años del movimiento del 68 (02 de Octubre) dedico este espacio de opinión a las luchas estudiantes en nuestro país.

Desde la década de los 60, la comunidad estudiantil ha sido el motor de varios movimientos que han buscado mejorar las condiciones educativas en el país y con ello han abanderado las principales demandas sociales como la desigualdad, la violencia o la democratización de los medios.

En un muy breve recorrido histórico, tenemos una primera etapa anterior al año 2000, en la que se destacan las protestas de 1968, 1971 y la huelga de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1999, todas caracterizadas por la represión violenta por parte del Gobierno.

Estos movimientos se daban en un contexto muy particular del país, donde exista un régimen político que controlaba desde las elecciones hasta los medios de comunicación. Sin embargo, aunque lo intentaba, los estudiantes eran el sector al que no podían controlar y que poco a poco se convirtió en un altavoz de las exigencias sociales.

Posteriormente, en una segunda etapa, ya en el México de la alternancia política, son referentes el movimiento Yosoy132 en 2012, el movimiento de solidaridad con los estudiantes de Ayotzinapa en 2014, la mega marcha de la UNAM en 2018 y recientemente los movimientos de protesta en contra de la Nueva Ley del de Humanidades, Ciencia y Tecnología y en contra de la reducción de becas de posgrado.

Todos estos movimientos han marcado a generaciones de estudiantes y formado en ellos un espíritu de lucha, resistencia y transformación. Han demostrado que cuando la voz de la juventud se une en una sola voz, es capaz de hacer temblar los cimientos de un sistema que ha intentado mantenernos callados, conformes y sin aspiraciones de un futuro mejor.

En cada una de estas luchas, hemos aprendido valiosas lecciones. Del Yosoy132 aprendimos que la información y la verdad son nuestras armas más poderosas, Ayotzinapa nos recordó que la justicia es un derecho que nadie debe arrebatarnos. Hemos comprendido que la verdadera revolución no solo se trata de derribar muros de concreto, sino también de derribar sistemas y modelos arcaicos impuestas por la indiferencia y la opresión.

Hoy la lucha sigue. Las y los estudiantes de Frente Nacional de Estudiantes de Posgrado alzan la voz ante las decisiones autoritarias del Gobierno que han dejado sin becas a miles de estudiantes y con ello pone en riesgo la investigación y el futuro del país.

A 55 años de Tlatelolco y a 9 años de Ayotzinapa, la generación a la que se nos consideraba como apolíticos, apáticos y poco participativos, volvemos a salir a las calles, a encontrarnos, a organizarnos, a cuestionar al sistema y a luchar por un futuro.

Ayotzinapa no se olvida

El 02 de Octubre no se olvida

¡Vivan los estudiantes!

Google News