El pasado lunes se publicó la actualización al tercer trimestre del año de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, una herramienta que nos permite evaluar la percepción de la ciudadanía en cuanto a temas de seguridad pública, la confianza en las instituciones encargadas del tema, así como datos importantes sobre las dinámicas de la población alrededor del tema de la seguridad pública.

Entre los resultados más relevantes se encuentra un cambio significativo en doce áreas urbanas, ocho con una disminución en la percepción de inseguridad y cuatro con un incremento. Las áreas urbanas que consideraron que vivir en su ciudad era inseguro, fueron: Tapachula, con 91.9; Naucalpan de Juárez, con 88.0; Fresnillo, con 87.9; Ecatepec de Morelos, con 87.0; Irapuato, con 86.4, y Tuxtla Gutiérrez, con 85.9. En contraste, las áreas urbanas con menores porcentajes de percepción de inseguridad fueron: San Pedro Garza García, con 13.7; Benito Juárez, con 17.5; Tampico, con 20.0; Piedras Negras, con 20.2; Puerto Vallarta, con 21.3, y Saltillo, con 21.7.

Otro de los temas destacados es la forma en la que la población se informa sobre los temas de seguridad, el 59% de los encuestados dijo informarse a través de noticieros en televisión, el 57.6 mediante pláticas o conversaciones personales en su entorno de vivienda, 56.1 en Facebook y 23% a través de WhatsApp.

En el caso de Querétaro, hubo un aumento en varios de los rubros, la percepción general de seguridad aumentó en 3.8 puntos porcentuales, también se tuvieron aumento en el conocimiento que tiene la población de la corporación de seguridad pública estatal, la POES, donde el 82.1% dijo identificarla y esta misma tuvo una percepción de desempeño del 74.4%, ubicándose en la posición número siete a nivel nacional.

Es importante mencionar que la percepción de inseguridad en las ciudades a menudo no refleja fielmente la realidad objetiva de los índices delictivos, sino que está influida por diversos factores subjetivos como las experiencias personales, la visibilidad mediática de los crímenes y la sensación de vulnerabilidad en los espacios públicos. Aunque una ciudad pueda registrar una disminución en ciertos delitos, si los ciudadanos sienten que la seguridad está en riesgo, la percepción de inseguridad se mantiene alta. Esta percepción tiene un impacto real en la dinámica urbana, afectando la confianza en las autoridades, las decisiones sobre movilidad y participación cívica.

Curiosamente, la percepción de la seguridad puede también convertirse en un aliado en la lucha contra el crimen, ya que un enfoque en mejorar esta percepción por parte de los Gobiernos, ya sea a través de campañas de comunicación efectiva, fortalecimiento del tejido social y una mayor visibilidad de las acciones de seguridad, puede generar una mayor colaboración ciudadana en la prevención de delitos, fortaleciendo así los esfuerzos institucionales.

El informe completo de la ENSU puede ser consultado en el siguiente enlace: boletines/2024/ENSU/ENSU2024_10.pdf

@RubenGaliciaB

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