El pasado 15 de noviembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó al Congreso de la Unión el Paquete Económico 2025. En esta propuesta inicial, el Ramo 48, correspondiente al sector cultura, destaca por una preocupante disminución en los recursos asignados para el próximo año. El presupuesto destinado será de $12,081 millones de pesos, lo que implica una reducción del 27.88% en comparación con el año anterior y representa la cifra más baja desde la creación de la Secretaría de Cultura.

Esta disminución presupuestal es un síntoma de la desvinculación de la cultura en la visión de desarrollo nacional. En 2024, aunque el presupuesto, en teoría parecía más robusto, en la práctica el 18.14% se destinó a proyectos de infraestructura asociados al Tren Maya y el 5.97% al Complejo Cultural del Bosque de Chapultepec. Si excluimos estas dos partidas, el presupuesto operativo real se reduce a $12,715 millones, dejando en evidencia una estructura financiera que prioriza proyectos emblemáticos sobre el fortalecimiento integral del sector cultural.

Las instituciones que sostienen gran parte de la riqueza cultural de México están siendo gravemente afectadas. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encargado de la preservación del patrimonio histórico del país, verá una disminución del 45.02% en su presupuesto, mientras que la Dirección de Sitios y Monumentos perderá el 71.23% de sus recursos. Estas reducciones no solo impactan la operación cotidiana, sino que comprometen la capacidad de México para conservar y promover su patrimonio cultural. Asimismo, la desaparición del Programa Nacional de Reconstrucción deja desamparadas a las comunidades que aún necesitan apoyo para restaurar inmuebles culturales afectados por los sismos y otros desastres.

En la Declaración de MONDIACULT 2022, el gobierno se comprometió a incrementar progresivamente los recursos destinados a la cultura. De manera similar, la Carta Cultural Iberoamericana, también suscrita por México, establece que los países deben asignar al menos el 1% de su presupuesto general a este sector. De cumplir con este estándar, México debería destinar $93 mil millones de pesos a la cultura; sin embargo, para 2025, este rubro recibirá apenas el 0.13% del presupuesto público.

Esta narrativa refleja una falta de comprensión sobre el valor estratégico de la cultura. Los países que han apostado por la cultura como un eje de desarrollo, han demostrado que invertir en artes escénicas, festivales, producción audiovisual y patrimonio no solo genera retornos económicos significativos, sino que también cohesiona comunidades, fortalece la identidad y proyecta una imagen moderna y plural al mundo.

El Proyecto de Presupuesto se encuentra ahora en manos del Legislativo y será tarea de nuestras diputadas y diputados federales defender que el arte y la cultura no son lujos ni accesorios del Estado, sino pilares fundamentales para el desarrollo humano, social y económico. Invertir en cultura fortalece las identidades locales, impulsa industrias creativas, genera empleos y fomenta la innovación.

@RubenGaliciaB

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