Al momento de escribir esta columna, se está llevando a cabo en el Senado de la República una de las votaciones más cerradas en la historia reciente de nuestro país. Se trata de la votación sobre la reforma al Poder Judicial, un tema que ha generado un profundo debate tanto dentro como fuera de las cámaras legislativas. Y no es para menos, pues lo que está en juego no es solo una serie de cambios estructurales, sino la esencia misma de la justicia y el equilibrio de poderes que sustenta la democracia mexicana.

En este contexto, uno de los elementos que me gustaría destacar es el valor que tiene cada uno de los votos emitidos en esta sesión. Cada senador, independientemente de su afiliación política, tiene en sus manos una decisión que podría cambiar el rumbo del país. Este es uno de esos momentos donde el voto individual adquiere un peso inusual, y lo que decide un solo legislador puede definir el rumbo de una nación.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es clara en cuanto a los requisitos para aprobar una reforma constitucional, se requiere una mayoría calificada de dos terceras partes de los votos de los senadores presentes. Actualmente, el Senado está integrado por 128 miembros, lo que significa que, para aprobar la reforma, se necesitan 86 votos. En este escenario, la oposición necesita reunir al menos 43 votos para bloquear la reforma.

Este martes será recordado como un día histórico, no solo por el contenido de la reforma, sino por la estrecha diferencia que puede marcar su aprobación o rechazo. Estamos, literalmente, ante una votación que podría ser decidida por un solo voto.

La propuesta más polémica de la reforma es la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular en las elecciones programadas para 2025 y 2027. Esta idea ha generado un debate profundo sobre la independencia del Poder Judicial, ya que permitir que los jueces sean electos por voto podría poner en riesgo su imparcialidad y abrir la puerta a la influencia política. Además, la reforma incluye una reducción del número de ministros en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pasando de 11 a 9, lo que también ha sido criticado por su posible impacto en la representatividad y eficiencia del máximo tribunal.

Es en momentos como este cuando los ciudadanos deben reflexionar sobre el impacto de sus decisiones electorales. Elegir a un senador no es un acto menor; cada uno de ellos tiene el poder de moldear el futuro de la nación con decisiones que afectan áreas tan fundamentales como el sistema judicial. Las reformas constitucionales no son decisiones que se toman a la ligera, y el hecho de que hoy se dependa de unos cuantos votos nos recuerda la importancia de estar siempre presentes en el debate público y de elegir con sabiduría a quienes nos representan.

El Senado de la República ha tenido momentos decisivos en el pasado, pero pocos tan cargados de tensión e incertidumbre como el que estamos presenciando hoy. Con un solo voto de diferencia, nos encontramos ante un evento que será recordado como un punto de inflexión en la historia política de México.

@RubenGaliciaB

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