Los efectos de las olas de calor que se viven en las campañas políticas ya se resienten en nuestro estado con el inicio de la gira de las corcholatas de AMLO, evento que le quedaría mejor el nombre del Corcholatour 2023.

Con las precampañas —que no son precampañas— adelantadas, nuestra entidad fue escenografía de las visitas de dos de los cuatro aspirantes de Morena a la candidatura presidencial para mostrar su músculo político y perfilar las preferencias en las encuestas que se realizarán en menos de dos meses.

Las visitas de Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum, a pesar de lo dispar en recursos y apoyos, tuvo en común dos cosas: 1) un constante cambio de agenda, explicable al ser los primeros eventos del Corcholatour, y 2) ambos aspirantes se presumían como ser los más cercanos al caudillo electoral López Obrador.

Primero el jueves, Adán Augusto López, a quien sus jilgueros lo promueven como el “hermano” del presidente López Obrador, como si el carisma se transmitiera de manera consanguínea lineal horizontal. Olvidan lo que ya Shakespeare dijo en sus obras (algunas llenas de sabiduría política) —y que el periodista Julio Scherer interpretó para el caso presidencial mexicano: el poder siempre se hereda al hijo, nunca al hermano. Pero en el horizonte de Corcholatour no parece haber espacio para tragedias shakesperianas y sí para el amor fraternal entre Adán Augusto y Andrés Manuel.

Sin embargo, fuera de su zona de confort de la Secretaría de Gobernación, a Adán Augusto no se le ve cómodo, aunque sabe manejar los recursos retóricos. Pero la logística no le acompaña pues poco de su equipo es avecindado en Querétaro y tiene que organizarse por regiones y no por estados. Evidentemente no va por el triunfo sino por clasificar al siguiente gabinete.

La siguiente en el turno al bat —para usar términos beisboleros— fue Claudia Sheinbaum, quien parece ser la hija favorita del residente de Palacio Nacional. En pleno día de su cumpleaños, se atrevió a llenar la plaza de Armas, justo enfrente del corazón del poder panista. Un desafío simbólico en un estado donde el presidente no goza de la mayor aceptación. Con todas las bases llenas, la científica metida a política —acompañada de otro científico metido a político como el senador Gilberto Herrera— dio su primer hit de una campaña que apenas empieza y aun le faltan capítulos por escribir.

Faltan las visitas del hermano retador Marcelo Ebrard, que parece repetir el destino de su mentor Manuel Camacho Solís de quedarse cerca de la Presidencia, y del rebelde institucional Ricardo Monreal.

El Corcholatour ya arrancó con sus primeras dos asambleas informativas. Mientras en la esquina de enfrente, la oposición arma un INEcito para jugar una elección primaria entre PRI, PAN, PRD y grupos de poder que se creen la sociedad civil, pero cuya acción sólo sirve para bailar al son que les tocan desde Palacio Nacional.

Periodista y sociólogo. @viloja

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