Mientras el gobernador Mauricio Kuri viaja rumbo a Londres, debería reflexionar sobre lo sucedido el pasado domingo. En lugar de culpar a enemigos externos e inventarse un villano favorito, debería preguntarse si no tiene al enemigo en casa.
El abucheo en contra suya durante el evento del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la presidenta electa Claudia Sheinbaum aquí en Querétaro caló hondo en el Palacio de la Corregidora. Fue una sonora rechifla que cimbró los endebles cimientos del gobierno en el estado.
Como bien han señalado Jesús Silva-Herzog: en la democracia caben tanto el aplauso como el abucheo. Son dos expresiones válidas en la política. Sin embargo, pareciera que el gobernador Kuri sólo está acostumbrado a los aplausos. Su cara descompuesta durante la rechifla mostró que no la estaba pasando bien y con la mirada pedía ser rescatado por sus anfitriones morenistas.
¿El abucheo a un gobernador es algo fuera de lo común? En realidad, no. Desde el inicio de su sexenio, las giras de AMLO han sido escenario de aplausos para él y abucheos para los gobernadores, incluso de su propio partido, Morena. Hasta el popular Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos, fue víctima de una rechifla; claro, el Cuauh está acostumbrado a eso y más.
¿Qué esperaban en el gobierno del estado? ¿Pensaban que las bases morenistas que votaron en contra de su proyecto el pasado 2 de junio lo iban a aplaudir? ¿Qué operación política hubo? ¿Qué lectura hicieron? ¿Acaso no leen las noticias en el Palacio de la Corregidora? ¿No vieron que en días pasados el gobernador de San Luis Potosí también fue abucheado? ¿Qué les hizo pensar que aquí sería diferente?
Los trascendidos periodísticos sugieren que creyeron que pactar con uno de los tantos líderes locales de Morena evitaría cualquier rechifla. ¿No entienden la lógica guinda? Es mas un movimiento que una organización centralizada y en Querétaro está compuesto por una sumatoria de grupos que constantemente están en disputa por el control.
El manejo de la Secretaría de Gobierno ha sido deficiente. La respuesta sincronizada de los funcionarios, calificando la rechifla como un discurso de odio, no sólo es equivocada, sino que refleja una profunda desconexión con la realidad.
Además, la estrategia de acallar las redes sociales con troles y defender al gobernador denostando a quienes lo cuestionan es completamente contraproducente. Peor aún, el secretario de Gobierno, enfrascado en discusiones con morenistas, evidencia un pobre manejo político, que muestra una falta de liderazgo y control en momentos críticos.
No aprendieron nada de la crisis del 5M y repiten los mismos errores. Ahora, quizá cuando el gobernador Kuri vea el Big Ben en Londres quizá decida que es hora de hacer cambios si desea sobrellevar bien el resto de su mandato.
Periodista y sociólogo. @viloja