No sé si la cultura en Querétaro requiere un exorcismo o un funeral. Lo que es indudable es que necesita un reajuste en su política cultural. La cultura es inmanente y, con o sin apoyo gubernamental, siempre encuentra su camino para sobrevivir. Sin embargo, las políticas culturales pueden ser determinantes en el rumbo que toma una comunidad artística y, en los últimos meses, hemos presenciado un evidente quiebre entre las autoridades culturales y un amplio sector de la comunidad artística de Querétaro.

El problema no es nuevo. Se remonta al menos a una década atrás en diferentes administraciones. ¿Qué factor tienen en común? La ausencia de una política cultural definida y que se le trata como un asunto de segunda importancia. Entienden a la cultura como una extensión del entretenimiento o de las actividades escolares.

¿Le interesa la cultura al gobernador-empresario Mauricio Kuri? Veamos su segundo informe de gobierno presentado hace casi un año, específicamente el punto 6.2, en la sección de Educación, Cultura y Deporte, donde se detallan sus logros en materia cultural. Reduce la cultura a actividades como llevar estudiantes a conciertos, patrocinar una película y participar en eventos en Los Pinos.

No hay discurso en materia cultural, todo lo presenta en términos numéricos: 122 eventos culturales para complementar formación académica, 83 parejas de educación básica en un concurso de huapango, 4,196 estudiantes en un concierto didáctico, 4,229 estudiantes de prepa y 8,057 universitarios participaron en diversas actividades. Además, menciona el apoyo a 3,606 artistas, sin especificar en qué.

Ah, y gastar 9 millones en rehabilitar el estacionamiento del Estadio Corregidora y el Auditorio Josefa Ortiz. Un festival inclusivo, el FILMAQ, un Congreso de Arquitectura y la magna presentación Cultural de Querétaro en Los Pinos.

Una política cultural debe fomentar el crecimiento de sus artistas y la definición de identidades culturales. No se trata sólo de organizar actividades para estudiantes, sino de propiciar nuevas formas de creación artística. Lo más importante es respetar a los creadores.

El trasfondo de esta crisis radica en la actitud discriminatoria de la titular de la Secretaría de Cultura y exigir su renuncia. En el fondo, la crisis refleja el profundo clasismo y la discriminación de las autoridades panistas hacia la cultura, incapaces de entender que Querétaro es un estado vibrante y dinámico en constante cambio.

Ni exorcismo ni velorio, la política cultural requiere una renovación urgente y personas con sensibilidad social que comprendan que Querétaro no es sólo un grupo de whitexicans tomando el té y opinando sobre lo que ellos creen que es la cultura.

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