En política no hay casualidades sino causalidades y lo que parece chiste, pero es anécdota termina por reflejar la personalidad de lo que ha sido el gobierno de Mauricio Kuri. Este muestra un enorme desprecio por la ciudadanía, quien en respuesta lo abuchea. Aunque a él le cause sorpresa, debería reflexionar sobre lo que ha pasado.

El caso al que me refiero es el video viral en la queretarósfera donde una aspirante a influencer, que también trabaja como funcionaria en el gobierno de Kuri, presume su hazaña picaresca —digna de ser narrada por Francisco de Quevedo o cualquier escritor del Siglo de Oro—, en la que huye de sus responsabilidades y se enorgullece de que ningún ciudadano la identifique mientras esperan su autorización para un trámite. Cabe destacar que esta funcionaria gana aproximadamente 60 mil pesos al mes, lo cual hace aún más indignante su actitud.

Lo que se suponía iba a ser el verano dorado de Kuri, comenzando con su viaje a Londres, ha terminado siendo un verano de tristes golondrinas. Cuando más necesita que sus subalternos muestren su talento, primero fallan en la operación política, después se enfrentan entre sí y, finalmente, la cereza del pastel: una funcionaria que presume que se va de pinta.

Esto es un fiel reflejo de la administración de Kuri, pues muestra el tipo de funcionarios públicos que seleccionó. Recordemos que todos los líderes escogen a sus subordinados a su imagen y semejanza. Al final, esta funcionaria, proveniente de la misma clase social que Mauricio Kuri, muestra una clara falta de vocación de servicio, creyendo que, por ser fifís, pueden salirse con la suya siempre.

La palabra “funcionario” implica lo público, pero es importante resaltarlo ahora más que nunca. Hay que tener vocación de servicio y saber que tu salario proviene de esos ciudadanos que te buscan. Pero ¿qué podemos esperar si los líderes seleccionan a sus funcionarios reflejando sus propias fallas?

Además de este incidente, hemos visto otras muestras de frivolidad en la administración de Kuri, como la fiesta tipo Barbie de la Comisión Estatal de Aguas (CEA), que hoy también está en el ojo del huracán por el aumento de los costos. Estos son sólo un par de ejemplos que reflejan una gestión desconectada de las necesidades reales de la ciudadanía.

No sé si la falta de esta funcionaria sea suficiente para despedirla o si el castigo es insuficiente. Eso queda a cargo de sus superiores. Sin embargo, este incidente es sólo una muestra de los problemas más profundos en su administración. Como dice el dicho popular: “No me ayudes comadre” y ese parece ser el lema del gobernador en estos días.

Periodista y sociólogo. @viloja

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