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Actualmente el estado de Querétaro cuenta con 5 mil colmenas, de las que se obtiene la producción total de miel en la entidad. Sin embargo, en la década de los 80 Querétaro tenía más de 20 mil de estos panales.
La disminución en el número de colmenas se debe, según apicultores y médicos veterinarios, a la presencia de ácaros que viajaron desde Portugal a México en el año 1994, y que todavía afectan significativamente a las abejas; a eso se suma la mala comunicación entre apicultores y autoridades de comercio, que no consiguen acordar precios adecuados para vender mayores cantidades de miel.
Afortunadamente, en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) campus Amazcala, un grupo reducido de estudiantes de la Facultad de Ciencias Naturales, coordinados por el médico veterinario Samuel Monroy, también académico de la máxima casa de estudios estatal, trabajan todos los días en el cuidado y alimentación de abejas para aumentar el número de colmenas en el estado.
Actualmente se tienen 25 colmenas en el campus Amazcala, cada una produce 24 litros de miel al año; además de vender la miel pura, también fabrican diversos productos como cosméticos, cremas, champús y caramelos.
Para Samuel Monroy, que los alumnos se involucren en actividades de apicultura es de suma importancia para la fauna y flora de la entidad, pues dice, no hay mejor forma de difundir el valioso trabajo de las abejas, que a través de las aulas.
“Es importante que tengamos este tipo de espacios en la universidad, la polinización es muy importante para la actividad silvestre, además es una oportunidad económica en donde se pueden diversificar y crear infinidad de productos.
“Aquí en Querétaro sí se tiene una importante demanda del consumo de miel, sí hay gente que quiere consumir el producto y lo paga, sí se tiene esta conciencia de que los productos del supermercado no sabemos de qué están hechos o están adulterados, las personas confían en la UAQ, saben que vendemos productos de origen natural”, señala.
Una tradición de décadas
La producción de miel en el campus Amazcala se realiza desde hace 20 años, pero desde hace cinco se comenzaron a crear subproductos como los cosméticos, cremas, shampoos y caramelos; todo hecho 100% con miel y por manos universitarias.
Los costos varían entre los 15 y los 100 pesos, por lo que se convierten en productos sumamente accesibles y para cualquier tipo de público.
Aunque el encargado de la actividad apícola en Amazcala se dice orgulloso de la labor que realizan los universitarios, también reconoce que para la gran mayoría de estudiantes, la extracción y manejo de la miel, así como el cuidado y expansión de las colmenas, es un ejercicio que no les interesa. Pide a los universitarios tomar conciencia de la importancia de las abejas en el ecosistema y los múltiples beneficios que pueden obtenerse de la extracción de miel; incluso señala, debería pensarse como una de las actividades más productivas en cuestión de emprendimiento.
“En este proceso participan muy pocos alumnos, un promedio de cinco por semestre, es algo que queremos que crezca, que los alumnos lo vean como un área de oportunidad al egresar, porque es una actividad con un retorno de inversión muy rápido.
“Esta no es un área que les interese mucho a los alumnos y también es porque Querétaro ha perdido en mucho el potencial apícola que tenía antes, en la década de los 80 teníamos alrededor de 20 mil colmenas en todo el estado, ahora tenemos 5 mil, ha caido drasticamente, los apicultores no producen lo que ellos quisieran, es algo en lo que debemos trabajar, hacer un relevo generacional y qué mejor forma de hacerlo que desde las aulas”.
Todos pueden participar
Samuel Monroy informa que cualquier alumno interesado puede unirse a la actividad de apicultura realizada en Amazcala; sin importar qué especialidad tenga en la Facultad de Ciencias Naturales.
“Somos un grupo reducido pero dedicamos muchas horas y mucho tiempo a esto, lo primero y más importante en el proceso es el cuidado de las abejas, alimentarlas cuando no hay floración, después la cosecha y extracción de miel. Nuestras abejas tienen alimentación energética y alimentación proteica; la primera a base de jarabe de azúcar y sustituye el néctar, la otra es alimento que compramos y sustituye el polen, esto es sólo cuando no hay floración. Estos alimentos los damos en diciembre y enero, y también a mediados de año. También se debe cuidar constantemente que la abeja no sea infectada por el ácaro, que siempre estén saludables”, comenta Monroy.
Los productos naturales a base de miel, realizados por alumnos de la UAQ, pueden adquirirse en el mercadito artesanal que se instala todos los miércoles y sábados en el Centro Universitario, junto al Cerro de las Campañas; también pueden adquirirse en la Facultad de Ciencias Naturales.