Más Información
En las ciudades está en boga tener jardines de polinización, pero hay que tener cuidado porque a veces se introducen plantas que pueden afectar los ciclos de los insectos polinizadores, rompiendo así el equilibrio natural, advierte Gabriela Castaño Meneses, bióloga egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
“Por ejemplo, hubo un problema con el caso de la mariposa Monarca. Se decía que había que poner asclepias para que las mariposas vengan y se queden aquí, pero no, porque las mariposas vienen a pasar la temporada fría y deben regresar. Si les ponen estas plantas lo que vamos a hacer es romper el proceso y ya no habrá migración.
“De hecho, en este momento está en riesgo no la especie, sino su proceso de migración. Cada vez está siendo más afectado por el cambio climático y ahí nosotros tenemos que ver, precisamente porque cada vez se usan más insecticidas y plaguicidas que hacen que no estén disponibles las plantas de las que se alimentan las mariposas en su trayecto, o bien tienen veneno y por ello mueren”, precisa.
Explica que la gente que quiera ayudar a la polinización y a las comunidades de insectos debe de buscar cuáles son las plantas originarias. Si se quieren poner jardines de polinizadores lo ideal es que sean las mismas plantas nativas de Querétaro, y que a pesar de ser semidesértico hay muchas cactáceas, así como algunas otras plantas que son visitadas por los insectos para polinizar en esta zona.
Destaca que en cada zona de la entidad hay un jardín polinizador diferente, donde se deben de utilizar las plantas que sean las adecuadas. Hay algunas como las margaritas, las rosas o de otros grupos comunes, pero lo recomendable es ver cuáles son los jardines polinizadores adecuados a cada sitio.
En ese sentido, las actividades humanas también disminuyen los espacios verdes disponibles para los insectos y especies polinizadores, pero se debe conservar parte de la cobertura vegetal para estos ciclos.
“Debemos considerar que ahora el campo es la ciudad. Cada vez tenemos zonas más alteradas, es muy poco lo que queda de vegetación original en el planeta y la realidad es que también estamos evolucionando. Cada vez más personas viven en zonas urbanas. Tenemos que cambiar nuestra idea de estas zonas, donde todo es cemento, todo son fábricas. Pueden estar, pero hay que combinarlo para un entorno más sano. Ahí participan los insectos”, precisa la bióloga.
Añade que durante el confinamiento por la pandemia del virus SARS CoV-2 causante de la enfermedad Covid-19, mucha gente optó por colocar cemento en sus áreas verdes, lo que disminuyó las zonas naturales.
“Cada vez hay más zoonosis, es decir, enfermedades que estaban en un animal se pasan al ser humano, porque estamos invadiendo su ambiente o porque estamos quitando recursos que utilizaban”, subraya.
“Debemos tomar conciencia de que los animales, los insectos, a lo mejor no nos gustan, puede ser que no sean tan agradables, pero tenemos que estar conscientes que si queremos tener cosas agradables en primavera, como las flores, el canto de los pájaros, debemos de mantener los ciclos y respetar a las especies, como son todos los insectos que están involucrados en este proceso”, puntualiza.
Lo que es importante es mantener los ciclos y propiciar lo necesario para el desarrollo de las especies pertenecientes a un ecosistema, aún en zonas urbanas. Tener macetas, jardines de polinizadores, que la gente contribuya para crear comunidad, y que en los nuevos desarrollos inmobiliarios destinen espacios a las áreas naturales y que no sólo sean pastos, son algunas acciones para ello, precisa.
La primavera caracterizada por la floración de plantas y el avistamiento más frecuente de animales polinizadores, como abejas, mariposas y otras especies, aportan “su granito de polen” para este propósito, como las moscas y los mosquitos machos, pero en áreas urbanas no disponen de los espacios verdes para cumplir con este ciclo de la naturaleza.
“Las plantas florecen en esta temporada porque tienen acoplados sus ciclos de vida con los polinizadores, y los insectos son los principales polinizadores del planeta. Hay otros grupos, pero casi el 80% de la polinización, en la mayoría de las plantas vasculares, es realizada por insectos. Por eso es importante dar a conocer que estas flores están en gran medida ahí por los insectos, por el papel que hacen y porque permiten que haya esta floración, la polinización y que existan estas flores”, explica.
Hay algunas asociaciones que son muy específicas, y hay muchas plantas que sólo son polinizadas por algunos grupos de escarabajos en particular.
“Un grupo que no se asocia con la polinización, pero que en años recientes se ha visto que sí puede jugar un papel muy importante y sobre todo en algunas familias de plantas, son las hormigas”, indica.
La experta comenta que durante la primavera hay mucha actividad de insectos, principalmente de aquellos que son polinizadores.
Por estos mismos procesos es mucho más evidente verlos, pero los insectos están siempre presentes. De hecho, los picos de actividad de las hormigas (que se consideran visitadores que se llevan el polen), y de los insectos en general, es en verano, con las lluvias. Sin embargo, aunque algunas especies se lleven polen, aunque no sean los polinizadores oficiales de ciertas plantas, pueden llevar a cabo esta misma actividad.
“Sí, a veces no queremos tener insectos, porque pueden ser molestos en la casa, pero lo que es cierto es que hay muchos que cumplen funciones y debemos de promover que se conserven estos ciclos”, enfatiza.