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Cuando Tadeo Rivera entró a la primaria ya sabía multiplicar y dividir; recuerda que todo comenzó como un impulso que venía de su cerebro. El desarrollo matemático que demostró a temprana edad asombró a su maestra, quien fue de las primeras personas en valorar su habilidad numérica.
Ahora, a sus 11 años se alista para participar en el Campeonato Internacional de Cálculo Mental en Kuala Lumpur, Malasia, que se realizará el 30 de julio; sin embargo, su familia se enfrenta al reto de reunir recursos necesarios para que el menor pueda asistir al certamen.
Nadia Esqueda, madre de Tadeo, comparte que su hijo comenzó a concursar hace cuatro años, cuando sólo tenía siete.
“Empezó a concursar porque cuando él entró a primero de primaria, su maestra nos dijo que él ya dividía y multiplicaba, y que era un niño genio. Primero nos preguntó si nosotros le habíamos enseñado, pero pues no porque trabajamos siempre, él solito aprendió a multiplicar, a dividir, sumaba, hacía de todo. Y nos recomendó que lo lleváramos a una escuela extra, sobre todo de matemáticas que era lo que a él le gustaba”, explica.
Sin embargo, Tadeo recuerda que la primera escuela especializada que eligieron no fue de su agrado, pues sentía que limitaba sus capacidades, fue entonces cuando buscaron otra opción e ingresó a Aloha Mental Arithmetic, donde a la semana de ingreso participó en su primer campeonato regional.
“La que eligieron no me gustó, porque estábamos ahí todo el tiempo, y si acabas, ya no te dejaban hacer otra cosa; acababa rápido y sólo me estaba esperando. Luego me llevaron a otra que es a la que voy ahora, que es Aloha, y fue donde empecé mi primer campeonato. A la semana de que fui me llevaron al campeonato, no venía preparado, pero igual hice 63 (operaciones) y en ese que fue mi primer campeonato me llevé el primer lugar”, comparte Tadeo.
Después participó en su segundo concurso, en Tequisquiapan, en el que obtuvo el segundo lugar; en seguida, en León, Guanajuato, en un concurso nacional obtuvo nuevamente el segundo lugar; el año pasado visitó Yucatán, donde por primera vez participó en un campeonato internacional y obtuvo el segundo peldaño.
Y en mayo de este año, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se realizó el concurso nacional, donde logró el primer lugar de la categoría dos, donde el reto es resolver 70 operaciones en cinco minutos. De este certamen surgió la invitación para participar en el internacional de Malasia, donde acudirán alrededor de mil niños de 40 países, entre ellos alrededor de 25 originarios de México en diversas categorías de cálculo mental.
Su madre Nadia comparte que ahora tienen el desafío de reunir el recurso necesario para que Tadeo asista al campeonato de Malasia; el objetivo es reunir aproximadamente 150 mil pesos, para cubrir vuelos, hospedaje y gastos en general.
De momento, han logrado reunir poco menos del 50% de los costos, entre ellos 50 mil pesos que brindó la administración municipal de El Marqués; en tanto, siguen haciendo gestiones ante el gobierno estatal.
De igual manera organizan diversas actividades como clases de zumba, rifas, kermeses, y hasta venta de dulces.
Nadia comparte que por las mismas circunstancias pasa otra niña y su madre, originarias de Cadereyta de Montes, quienes también tiene la invitación de acudir al mismo certamen, por lo que también gestiona recursos para cubrir sus gastos.
Para sumarse a la recaudación, también pueden realizarse donativos a una cuenta bancaria (56725072251 / Santander).
Desarrollo cognitivo diferente al convencional
La madre de Tadeo recuerda que desde que él iba en preescolar ya percibían que tenía un desarrollo cognitivo diferente al convencional, incluso recuerda que cuando pasó al nivel primaria sus compañeros lo llaman el “Maestro matemático”.
“Nos decía también en el kínder y en la primaria que le decían ‘Maestro matemático’, pero nosotros como que no sabíamos nada, hasta que fue la primera entrega de calificaciones y la maestra nos dijo que sí, que de hecho lo llevaban a concursar con niños de ahí mismo de la escuela de quinto o sexto y les ganaba”, relata.
Tadeo recuerda que su interés por las matemáticas fue más evidente cuando estaba por pasar del kínder a la primaria, pues en esa transición tomó cursos extracurriculares para aprender a leer y a esa misma academia entró su primo para aprender a dividir; al escuchar las operaciones que su primo debía resolver, él tenía las respuestas.
“Me iban a meter en una escuela particular en la primaria, entonces tenía que aprender a leer y como se me dificultaba me llevaron a clases y a mi primo ahí mismo lo llevaron, pero a aprender a dividir.
“Lo escuchaba y se me hacía como si el cerebro me diera la respuesta y me gustaron (las matemáticas). Luego hacíamos intercambio, porque él me decía la respuesta y yo le decía lo que tenía que decir o así. Y de ahí ya me empezaron a gustar más, se me hace divertido”, relata.
Nadia refiere que buscarán hacer una prueba de inteligencia para identificar el coeficiente intelectual y detectar el sistema educativo apto para su hijo.
Mientras tanto, Tadeo ya piensa cuáles son algunas carreras que le gustaría cursar, entre ellas está neurocirugía, arquitectura, así como una ingeniería y especialidad en diseño.
Refiere que hasta el momento, en su núcleo familiar, el único que ha podido superarlo en ejercicios matemáticos es su abuelo paterno, con quien disfruta competir.