Por poco y el estremecedor poemario Donde una vez tus ojos, ahora crecen orquídeas, de la poeta queretana Rocío González Benítez, no sale a la luz. Pero quiso la buenaventura que la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) se unieran para convocar a la primera edición del Premio Iberoamericano de Poesía Minerva Margarita Villareal.
El texto originalmente iba a llamarse Eso tan terrible lleno de hermosura y era un proyecto que comenzó a gestarse en 2018, con el apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) Querétaro.
“Aunque era un poemario que continué trabajando durante varios periodos de 2019, es un trabajo del que mantenía cierta distancia y por mucho tiempo pensé en no publicarlo. Pero el anuncio de la convocatoria a un premio nuevo era una invitación abierta a que alguien más leyera mis poemas, sin ningún compromiso de por medio. Porque hasta el momento del anuncio del fallo, nadie más lo había leído en su totalidad. Entendiendo que los poemas se defienden solos, aproveché la extensión de plazo de recepción de obras, para despedirme de Eso tan terrible lleno de hermosura para entregarlo con el nombre de Donde una vez tus ojos, ahora crecen orquídeas y finalmente soltarlo”, expresó Rocío González Benítez, quien, por unanimidad de votos del jurado, compuesto por Mariana Bernárdez, Miguel Covarrubias y Renato Tinajero, resultó ganadora del Premio Iberoamericano de Poesía.
“La distinción del jurado da luz para que el poemario salga de la oscuridad y sea lo que tenga que ser y provoque lo que tenga que provocar”, agregó la también periodista de EL UNIVERSAL Querétaro.
Durante la ceremonia de entrega del galardón—que se desarrolló en modalidad virtual—, la poeta también hizo referencia a su labor como periodista, pues fue esta profesión, detalló, la que la hizo mirar y encontrarse con la violencia de género, en particular con la atroz e imparable problemática social del feminicidio en México, eje alrededor del cual se tejen las palabras de Donde una vez tus ojos, ahora crecen orquídeas.
“El periodismo me ha mantenido en pie y la poesía me da aliento”, afirmó categóricamente la poeta, quien reconoció en este galardón el aliciente necesario para continuar escribiendo.
El titular de la Secretaría de Extensión y Cultura UANL, Celso José Garza Acuña, explicó que el Premio Iberoamericano de Poesía Minerva Margarita Villareal no tiene únicamente el objetivo de reconocer la aportación de esta escritora y promotora cultural a las letras y la docencia de nuestro país, sino también pretende consolidarse como una celebración a la poesía y un estímulo a los poetas de Iberoamérica que se expresan en español.
En esta primera edición se recibieron un total de 380 trabajos provenientes no únicamente de México, sino de otras regiones latinoamericanas. Sin embargo, el trabajo de González Benítez se destacó entre todas las propuestas recibidas, tanto por el tema como por la sensibilidad de sus recursos, así como por su voz valiente y original.
“La poeta queretana hace honor a su pseudónimo, Tolvanera, pues como una corriente de aire que arrastra tierra y arena del desierto, viene a agitar la escena de la poesía en castellano con una voz poderosa que se expresa en un poemario que estremece, ya que denuncia, con un virtuoso manejo del idioma, las devastadoras repercusiones del feminicidio, la violencia, las terribles historias de desaparición y muerte que se multiplican en nuestro país”, expuso el funcionario universitario.
Además, destacó que Donde una vez tus ojos… muestra empatía con las víctimas y provoca un cambio de actitud del lector ante el dolor ajeno, pues a través de las herramientas de la poesía logra transmitir ternura, repensar las motivaciones internas y cuestionar las causas de la violencia.
Por su parte, Lucina Jiménez López, directora general del INBAL, destacó la trayectoria literaria de la ganadora de la primera edición del premio, pues a través de sus recursos poéticos ayuda a enfrentar sentimientos contradictorios alrededor de un tema complejo para la sociedad, como el dolor y el desgarramiento de una madre al perder violentamente a su hija, pero también resaltó la construcción de la esperanza que sólo es posible a partir de un cambio de consciencia y percepción.
En su discurso de aceptación del premio, González Benítez hizo un importante reconocimiento a su maestro, el también poeta Luis Alberto Arellano (1976-2016), de quien retomó la idea de si la poesía puede decir algo frente a la violenta realidad que se vive a diario.
“El poema vence por estridencia. Escribir poesía es una forma de resistencia”, citó la poeta y periodista. “Escribir poesía es decir, aquí estamos y no nos vamos a ir”, destacó.