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A penas en abril pasado, Raquel Reyes promovía a través de sus redes sociales sus playeras, productos con los que buscaba recaudar el recurso necesario para poder asistir al International Air and Space Program de la NASA, en el cual había sido seleccionada junto con otros 60 jóvenes.
Al final de 2021 Raquel pudo cumplir ese sueño y pasar siete días completos en Huntsville, Alabama, Estados Unidos, entrenándose como astronauta, aprendiendo de la industria espacial y desarrollando un proyecto que hoy está a la espera de ser enviado a la Estación Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
“El programa consiste en siete días enfocado a enseñarnos ingeniería aeroespacial y cuestiones muy básicas de ingeniería aeroespacial, de todo lo que ocurre en el espacio, hasta algunos retos ingenieriles que, por muy sencillos que parecieran, sí teníamos que aplicar varios conceptos de lo que nos iban enseñando en la semana y también nos hacían algunas actividades como entrenamiento de astronautas, buceamos, volamos una avioneta por nuestra cuenta.
“También nos subieron a esta silla que simula la gravedad de la Luna, la silla que da un montón de vueltas que simula cuando una cápsula da muchas vueltas en el espacio, nos dieron todas esas actividades y vivencia de cómo entrena un astronauta, la parte light, pero en eso consistía en general el programa y la parte del proyecto”, expone.
Raquel narra que durante los siete días que estuvo en la NASA, por la mañana realizaban actividades más “divertidas”; sin embargo, por la tarde venía la parte seria donde tenían que trabajar en su proyecto, el cual trabajó con un equipo de 16 jóvenes de distintos estados de la República que también fueron aceptados en el programa.
“El proyecto se nos da el primer día, no sabíamos nada, desde que nos aceptan, no sabemos de qué se va a tratar o con quién nos va a tocar hacer equipo (…) Nuestro proyecto consistió en la creación de un mecanismo tipo compliance; es decir, que no tuviera ningún tipo de conexión, ningún tipo de tornillos ni bisagras, que fuera un mismo material, una misma pieza, que funcionara para la exploración lunar”, detalla.
Agrega que de todos los participantes se formaron siete equipos, de los cuales, sólo dos fueron seleccionados para que su proyecto sea enviado a la ISS, para ser puesto a prueba.
“Sólo nos dijeron: hagan eso, ustedes tienen que proponer un material, un mecanismo y en el caso de que ganen, se probará en la estación espacial internacional y eso fue lo que hicimos, y mi equipo fue uno de los dos ganadores”, agrega.
Raquel tiene 22 años de edad, es estudiante de la carrera de Ingeniería en Innovación y Desarrollo en el Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro, y fue a través de la creación de un blog, a finales de 2020, como se fue acercando mucho más con la ingeniería aeroespacial y con grupos de divulgación científica.
“Ahí fue que conocí todo el mundo de la ingeniería aeroespacial y dije: quiero formar parte de esto, así que empecé a hacer mi propio blog, y me empecé a involucrar y a conocer un montón de gente y encontré la oportunidad de este programa en enero y dije, quiero aplicar”, cuenta Raquel.
Aunque las playeras fueron parte de un emprendimiento que inició con la pandemia, se convirtieron en una de las herramientas que Raquel utilizó para poder cumplir su sueño y llegar a la NASA, con apoyo de la ciudadanía, de los medios de comunicación, de su universidad y sus compañeros.
“Para mí fue un primer acercamiento vivencial a la industria y ver todo lo que tienen, todos los equipos que tiene la NASA, los museos, la historia (…) Fue una experiencia muy retadora y al mismo tiempo muy emocionante y llena como de innovaciones porque me encanta la parte de ingeniería aeroespacial, pero nunca había tenido una experiencia, vivencia o visitado alguna de las instalaciones de la NASA”, agrega.
Para Raquel, la experiencia vivida en la NASA quedará para siempre en su memoria y ha marcado un parteaguas en su vida; sin embargo, está segura de que la industria espacial en México aún tiene mucha área de crecimiento y la apuesta de esta joven es contribuir al desarrollo nacional.
“En México hay un área de oportunidad muy grande porque la Agencia Aeroespacial Mexicana tiene un campo de crecimiento grandísimo, todavía somos una agencia pequeña, pero hay oportunidad de crecimiento”, aseguró.
“Creo que a muchos nos pasa que queremos trabajar en la NASA porque vemos los juguetitos caros y decimos: aquí hacen magia, pero la verdad es que también podemos pensar en trabajar aquí, porque se tiene un campo de crecimiento enorme y creo que como jóvenes que hemos trabajado allá, que demostramos que sí podemos hacer algo muy interesante e innovador para la Agencia Aeroespacial Internacional”, puntualizó.
La estudiante queretana dijo que “también lo podemos hacer aquí en México y la verdad es que el campo de oportunidad de habernos formado aunque sea un poquito allá, si le trae mucha ventaja al crecimiento de la agencia aquí en México”.
Para Raquel la experiencia vivida en la NASA fue “mágica”, pero lo que más se queda es el trabajo en equipo que realizó con estudiantes mexicanos que dejaron claro que lo que se hace en México está bien hecho y que puede competir a nivel internacional.
“Ya estamos planeando dónde nos vamos a volver a ver o si vamos a ir a ver el lanzamiento de nuestro proyecto, seguimos trabajando en el proyecto ahorita, ya ganamos, pero nos piden un entregable, entonces seguimos trabajando en eso”, concluyó.