Sepultureros de los panteones El Cimatario y San Pedro Mártir aseguran que en estos camposantos hay personas que no han encontrado el eterno descanso y aparecen por la noche recorriendo las tumbas.
Entre las miles de lápidas que se encuentran en estos terrenos, son muchas las historias que estos hombres, aseguran, han vivido después de varios años trabajando entre los muertos.
El trabajo del sepulturero conlleva también la eventual labor de velador de el panteón, y durante la noche, estos hombres han llegado a tener contacto con entidades paranormales que hasta el momento no se explican de dónde vienen o cómo es que se mueven sin tocar el piso, dejando huellas en la tierra, recién removida de otras tumbas.
Apariciones
Una de estas experiencias la narra Pedro Cabello Jiménez, quien desde 1985 realiza el trabajo físico de abrir y tapar tumbas en el panteón Cimatario.
En más de una ocasión le ha tocado ser velador del panteón y asegura que hay dos hombres que se paran al lado de sus sepulcros.
“Una vez estaba aquí metido cuidando el panteón y pues cuando estamos haciendo las fosas nos damos cuenta que algunas tumbas datan de 1737. En las noches con luna llena se para un hombre. Se ve transparente y no se le ven los pies. Yo creo que es porque se lo tapan las otras tumbas, pero hasta ahora sólo lo he visto en cinco ocasiones y eso porque brilla con la luz de la luna. Yo me asomé el primer día que lo vi, hace ya como 20 años, y pues uno era más joven y cuando le grite qué hacía ahí, pues como que se echó a correr pero no lo volví a ver. Busqué sus huellas con mi lámpara pero no lo encontré”, narró.
Una tumba tiene grabado el apellido Hernández y es una de las más antiguas del camposanto El Cimatario.
Los claros signos de abandono se mantienen, pero de acuerdo con el sepulturero ya no llegan personas a visitarlo desde hace más de 15 años.
“Esa tumba ya nadie la visita, hace ya rato que nadie llega a verla. Ni flores le ponen ni le quitan las yerbas, a veces nosotros le damos una limpiadita, pero son tantas las tumbas que luego no alcanza el tiempo para hacerlo”, dice.
Asegura Pedro Cabello que también hay otro sepulcro donde su ocupante sale durante las noches, “pero ese no se queda quieto, ese corre por todo el panteón y visita a varios enterrados, yo creo que fueron sus amigos, porque va de tumba en tumba como parándose a platicar. Tal vez las recorre para saber quién más ha sido enterrado, pero de ese muertito no sé dónde esté enterrado porque sólo lo he visto correr por todos los pasillos”.
Por otra parte en el panteón de San Pedro Mártir, asegura Ángel de la Torre que ahí no hay hombres corriendo o haciendo guardia en las tumbas, ahí son mujeres las que mantienen vela por el descanso de los difuntos.
“Son los días que la luna no alumbra las tumbas cuando se puede ver el reflejo de una mujer que corre por el panteón. Se la pasa corriendo, pero no hace ruido, hasta parece que trae un vestido blanco, pero nadie le ha visto los pies. Yo la vi un día que me tocó hacer la guardia como velador del panteón, es alta, y tiene el cabello negro, pero no dice nada, sólo se la pasa corriendo pero cuando se encuentra con otra muertita que también sale ahí, desaparece, hasta parece como si jugaran a las escondidas”, relató.
Como estas historias muchas más se podrían observar en los diferentes panteones de la ciudad. Hasta el momento, sólo los veladores son hombres valientes que defienden de los vivos, el descanso de los muertos.