Querétaro vive un sindicalismo envidiable y no se permitirá que agrupaciones ajenas o sindicatos federales intenten aprovecharse de los logros de los trabajadores de la entidad, así lo expuso el gobernador del estado, Francisco Domínguez Servién, quien estuvo en el desayuno del Día del Trabajo organizado por la Alianza Sindical de Trabajadores del Estado de Querétaro (ASTEQ), en el Querétaro Centro de Congresos (QCC).
“Envidiable, yo creo que nos envidian todos los estados de la gran paz laboral que ha construido el sindicalismo queretano […] 130 sindicatos nacionales han querido entrar a Querétaro a robarles lo que se han logrado, tienen mi palabra; (los secretarios) tienen la instrucción de que ningún sindicato nacional entrará a Querétaro a robarles lo que es de ustedes”.
Líderes e integrantes de las 15 organizaciones de la ASTEQ hablaron, uno a uno, en representación de los más de 120 mil trabajadores que conforman la Alianza; al desayuno se invitó a cerca de mil sindicalizados. En sus intervenciones externaron peticiones, quejas, necesidades y reconocimiento a las autoridades presentes.
Además, ante la reiterada queja de las malas condiciones y falta de medicamentos en el ISSSTE —en las intervenciones de los líderes sindicales— el mandatario anunció que en la semana realizará un recorrido por las instalaciones para verificar la operación y hacer las peticiones respectivas al director general del Instituto, José Reyes Baeza Terrazas.
Con cada sindicato se comprometió a tener reuniones de trabajo para analizar las demandas expresadas y aseguró que en este sexenio no “revisan” los discursos de los líderes como se hacía en otros gobiernos.
Durante su intervención, el único tema al que no dio respuesta fue al expuesto por el Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado (STSPE) referente a la ley de jubilaciones y pensiones aprobada en 2015.
Rafael Roa Guerrero, secretario general del STSPE, pidió dar marcha atrás a la ley cuyo cambio sustancial implica que los trabajadores para poder jubilarse deben cumplir 30 años de servicio y 60 años de edad con un tope salarial de 42 mil pesos.
Al final, los trabajadores acordaron mesa de diálogo para analizar el tema; el gobernador aseguró que la ley, de modificarse, sería en detrimento de sus derechos laborales.