Los funcionarios públicos deben volver a retomar su vocación de gobernar, la cual debe ser ejercida con transparencia, además de que los órganos encargados de aplicar la justicia deben hacer su trabajo y sancionar a quien resulte responsable, dijo el vocero de la Diócesis de Querétaro, Saúl Ragoitia.

Comentó que ante los tiempos que se viven en Querétaro, en relación a las administraciones municipales, es fundamental que los actores políticos busquen transparencia en el servicio y en lo que todo ello significa.

“En lo que la Iglesia ha insistido, es en buscar que todos los funcionarios públicos, los que servimos a la comunidad, debemos tener una vocación de servicio que si no existe se corre el riesgo de traicionarnos y sí de servirnos de nuestra gente”, comentó el vocero.

En este sentido, Saúl Ragoitia refirió que en una sana democracia la constante debe ser el fortalecimiento de las estructuras en materia de transparencia, rendición de cuentas y de participación ciudadana.

“Dentro de una práctica democrática, la rendición de cuentas, la exigencia de las mismas y la vocación al servicio deben ser prácticas cotidianas, y por ello es importante que todos los que aspiren o que ya están, revisen su vocación”, comentó.

Reiteró que actualmente la sociedad enfrenta problemáticas importantes, una de ellas es en donde el individuo está perdiendo la visión entre el ser y el hacer, en donde cree que vale por lo que tiene y no por lo que es.

“Hoy hemos endiosado el dinero y el mundo material, actualmente vemos que hay jóvenes que pierden el suelo porque no hay sentido de la vida, en una sociedad de lo efímero, lo fugaz, donde no cabe el sacrificio. Hoy es imperativo que ante la emergencia surja la solidaridad”, afirmó.

Asimismo, refirió que es importante que la ley y las instancias encargadas de garantizar la democracia en el estado, enfoquen sus esfuerzos en regular este tipo de circunstancias, aplicando la normatividad y que ésta a su vez tenga efectividad.

“Creó que se debe dar en una participación conjunta, porque la obligación es de tanto del funcionario que debe rendir cuentas, como de la participación ciudadana de exigirlas. Hoy eso debe ser parte de lo cotidiano, no solo al cambio de un trienio o sexenio, debe ser lo normal la rendición, no debemos hacerlo una vez que todo se acabó, no se trata de tapar el pozo cuando el niño ya se ahogó”, concluyó.

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