Con tan sólo seis meses en Querétaro, Zoila se encuentra totalmente adaptada. El toque de provincia, su riqueza histórica y la calidez de su gente fue lo que hizo a esta mujer originaria de Tabasco, pero con residencia en México, optar por quedarse en la entidad.

“Yo soy de Tabasco, pero tengo cuatro años aproximadamente viviendo en la ciudad de México. Vine porque uno de mis hijos estudia su maestría aquí y decidí venirme a vivir con él. Me gustó el ambiente, la historia, el aire de provincia que todavía tiene Querétaro. Yo soy de Tabasco y es un poco parecido aquí en ese sentido. Yo soy gente de familia, aunque tenía cuatro años viviendo en México”, explicó Zoila.

Zoila Aurora Ceballos Trujeque sólo visitó Querétaro dos veces en su vida, pero eso bastó para quedar encantada del lugar.

Una mujer joven y jubilada decidió comprar una casa en Querétaro para establecerse, tener una vida tranquila y hacer algo por devolverle a la sociedad y a Dios tantas bendiciones que rodean su ser. Por eso participa en el grupo de risoterapia de Querétaro.

“Sólo vine a Querétaro dos veces en mi vida, pero me parece tan bonito, en particular el Centro Histórico .Yo soy jubilada de Petróleos Mexicanos (Pemex). Mi vida no ha sido tan fácil. Terminé mi carrera a los 45 años pero tengo tantas cosas que agradecerle a la vida que quise devolverle un poco lo que me ha dado ingresando al grupo de risoterapia”, abundó.

A este grupo pertenece desde hace tres años. Primero ingresó a un curso de risoterapia en la ciudad de México y ahora que cambió su lugar de residencia, buscó el grupo de la entidad, el cual la ha recibido con calidez y amabilidad.

“No me ha costado trabajo adaptarme, la gente se abre en la medida en la que tu te abres. Mi grupo de risa terapia aquí es muy cercano, nos reunimos con más frecuencia. En México es más difícil reunirte por los traslados”, sostuvo Zoila.

Con gran emoción y una sonrisa en su rostro, cuenta cómo es que junto con su grupo de estrellas —niveles en los que se divide el grupo de risoterapia— acuden a hospitales, asilos de ancianos y con niños que padecen diversas enfermedades para escucharlos y alegrarles el día.

“Esto me emociona mucho, el ver a los niños que a pesar de su enfermedad y que les han quitado su niñez se ríen, que los hacemos que salgan del hospital con su imaginación que se distraigan. Sí es algo muy difícil, sí necesitas preparación porque en ocasiones cuando tú estás ahí se mueren las personas. Por eso nos dividimos en estrellas: blanca, trabajan con los niños; roja, van a los asilos; azul, zonas marginadas”, detalló.

Zoila indicó que no le ha costado trabajo adaptarse, al contrario valora la tranquilidad, la fluidez vehicular (comparada con México) y cada experiencia y cosa que le regala la vida día con día.

Actualmente, vive en su casa con su hijo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS