Es de lamentar que aunque hay mayor presencia de mujeres en la vida pública, la situación del sector no ha mejorado, pues no ha servido para dar un sesgo en las violaciones de sus garantías individuales, lo que debe poner en alerta a la sociedad para realizar un cambio cultural y revertir esta situación, afirmó la magistrada Celia Maya García.
“Aunque es notoria la presencia de mujeres, aunque no estemos a la par, de los hombres, a pesar de esa gran incursión, no se mejoraron las cosas. Lo que uno pudo haber esperado aquellos años donde empezamos con todas estas luchas de la equidad, y luego de la paridad de género, todos estos pasos, el hecho de que las mujeres llegaran a los cargos no ha servido para dar un sesgo que diera como resultado algo diferente”, consideró.
Apuntó que la violencia hacia las mujeres está presente, la violación reiterada a los derechos humanos, debe de poner en alerta, pues algo no está funcionando a pesar de los logros alcanzados.
Consideró que se necesita realizar un proceso cultural serio para realmente lograr el respeto a los derechos humanos, no sólo de las mujeres, sino de todos los miembros de la sociedad. “Eso es lo que justifica que hoy haya cuotas de género y que se tengan que imponer, porque en el espacio histórico lo que las mujeres han tenido de oportunidad para llegar a los cargos públicos son cinco minutos de muchas horas”, enfatizó.
Señaló que sí hay acceso de parte de las mujeres a cargos públicos importantes, pero deben llegar más y debería notarse. Consideró que las mujeres que ostentan hoy algún cargo en la administración pública deben ser conscientes de su responsabilidad histórica, para reivindicar los derechos de este sector.
Añadió que en esta lucha por la defensa de las derechos femeninos han existido mujeres que sin estar en cargos públicos han dado pasos para lograr este propósito.
Indicó que el aumento de la prostitución obligada y la trata de personas es un ejemplo de los pendientes que existen para combatir la violencia de género, pues en el siglo pasado, “si se desaparecía una muchacha en los años sesenta, pues era casi seguro que se había ido con su novio, eso pasaba. Hoy, en 2016, si desaparece no se puede pensar que se fue con su novio. Se tiene que pensar primero que fue víctima de la violencia”.
Dijo que no se ve lejano el día en el que haya una gobernadora, aunque es cuestión de cultura, que la sociedad no discrimine y confíe en la capacidad de las mujeres, “todo es cuestión de decisión y tomar conciencia”.