25 reos del Centro Preventivo y de Ejecución de Sanciones Penales Varonil (Cepesp) de San José El Alto, mejor conocido como Cereso, mantienen una huelga de hambre desde el pasado sábado, en protesta porque sus familiares los días de visita, no se les obligue a usar uniforme y que se les permita usar botas como calzado. En un inicio fueron 57 reos de los que decidieron realizar la huelga de hambre, pertenecientes al módulo MO-2 de sentenciados, informó el secretario de Gobierno, Jorge López Portillo Tostado, sin embargo 32 de los internos se desistieron de su decisión, luego de llegar a un acuerdo con autoridades estatales. De acuerdo a un comunicado de las autoridades estatales 25 reos son los que mantienen su protesta, por lo que autoridades penitenciarias, continúan las pláticas, esperando llegar a un acuerdo lo más pronto posible para que desistan de prolongar la huelga de hambre. Portillo Tostado destacó que no se ha presentado en este proceso ni desorden, ni violencia, por lo que garantiza el diálogo dentro del marco legal, así como respetar los derechos humanos de todos los internos. Explicó que sin necesidad de un mecanismo represivo se resolvió parcialmente esta huelga que habían iniciado la tarde de este sábado. De acuerdo al funcionario estatal, la mayor parte de los quejosos depusieron la protesta cuando se les informó que sus pretensiones no eran aceptadas, por estar fuera de lo que establece el reglamento interno, además que la medida fue avalada por la visitaduría de la Comisión de Derechos Humanos. De acuerdo a familiares de uno de los reos involucrado, la huelga a la que se sometieron los internos del sector MO-2 de sentenciados, al interior del Centro de Reinserción Social (CERESO) de San José El Alto, aún está vigente. “Sí hubo algunos que ya no están en huelga, pero otros más se mantienen firmes en las peticiones que hicieron y están precisamente haciéndose negociaciones con las autoridades para llegar a un acuerdo”, señaló la esposa de un interno que desde el sábado por la mañana decidió no ingerir alimentos como método de huelga, junto a 56 compañeros. Este caso no es el primero que se presenta en los penales de Querétaro, el primero de marzo del 2010 se daba a conocer que entre 50 y 100 internos del Cereso de San José El Alto habían iniciado unos días atrás una huelga de hambre en demanda de mejores condiciones de trato, además de solicitar la destitución del director del penal, Rigoberto Quintana Guerrero. Familiares de varios detenidos en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de San José El Alto, acudieron a las puertas de la Secretaría de Gobierno del estado, para entregar una carta en la que narraron las condiciones en las que se encuentran los detenidos. Sin embargo la Secretaría de Gobierno un día después, es decir, el 2 de marzo aclaró que en la protesta de los internos en ningún momento hubo huelga de hambre. Para el día dos de enero del 2012, familiares de internos del penal de San Juan del Río daban a conocer a la opinión pública que por lo menos tres internos se habían cocido la boca, en tanto que otros 20 llevan a cabo una huelga de hambre. Nuevamente un día después (3 de enero del 2012), el subsecretario de Gobierno, Alfonso Jiménez Campos reconocía que un interno estaba en huelga de hambre en protesta por haber sido trasladado, junto con dos compañeros, del penal de San José El Alto al de San Juan del Río. Dijo que el traslado obedecía a una medida disciplinaría, ya que el interno en cuestión ocasionaba muchos conflictos entre otros internos y hacia el personal. En el reclusorio de Jalpan de Serra también se presentó el 15 de noviembre del 2011 una huelga de hambre, de acuerdo a la información que difundió la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) el 18 de ese mismo mes. Los internos protestaban por la presunta violación a sus derechos de igualdad y trato digno. La CEDH asentaba que la queja CEDH/2457/2011/VP fue presentada por la esposa de uno de los reclusos.