Política

Endulzan a la muerte todos los años

Endulzan a la muerte todos los años
22/10/2012 |02:54
Redacción Querétaro
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Yolanda Mendoza forma parte de una dinastía de artesanos productores de las tradicionales calaveritas de azúcar, que inició con su tatarabuela. El negocio familiar se ha heredado a cuatro generaciones.

La artesana narró que en otros tiempos se reunían todos los integrantes de su familia para ayudar a hacer las figuras de dulce, pero conforme se han presentado decesos y los hijos han crecido, el quehacer se redujo a sólo dos personas: Yolanda y su esposo, quienes son ahora los encargados de la producción

La señora Yolanda Mendoza explicó que ella y su familia vendían cada noviembre en el estadio municipal de Querétaro, durante la fiesta de Todos Santos. Entre sus clientes había extranjeros y personas de los municipios aledaños.

Ellos comienzan la producción a partir de septiembre, pues dependiendo del tipo de figura es el tiempo que se lleva la manufactura. La fabircación, explica, es por partes y a partir del primero de octubre se les da el terminado y comienza la venta.

Dice que su fuerte es el mayoreo. Aunque no tiene la cantidad exacta de las figuras que vende, de lo que sí tiene seguridad es que no hay pérdidas ya que, incluso el material que sobra lo utilizan para formar figuras distintas como ataúdes que decoran y salen a la venta.

Las figuras se azúcar y chocolate son variadas, hay calaveritas, pan de dulce, frutas, enchiladas, calabazas, animales, muñequitas, borrachitos, ataúdes, entre otras. Todas son hechas con materiales comestibles de origen vegetal y de repostería. Doña Yolanda asegura que ellos son los únicos productores en el estado de estas figuras artesanales que forman parte de la mística y la tradición de los mexicanos.

Por eso, se dice decepcionada por la falta de apoyo oficial, pues lo único que las autoridades brindan es el permiso para poner su puesto en la venta el las celebraciones por el Día de Muertos, pero se les cobra por el espacio y también por la energía eléctrica que utilizan.

La familia Mendozaq instaló su taller artesanal en la calle Altamirano en el centro histórico de la entidad y aseguran que seguirán con la elaboración y venta de calaveritas, pues saben que sin ellos, la tradición podría perderse.