El obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz, se reunió con 327 sacerdotes de la diócesis queretana para renovar sus votos y reafirmar su vocación.

Los exhortó a acercarse a las comunidades y atender las necesidades de los fieles, sin esperar a que ellos acudan a pedirles apoyo.

El llamado lo hizo durante un retiro sacerdotal realizado en el Seminario Conciliar.

“En los retiros se sensibilizan los sacerdotes de la necesidad de estar cerca del pueblo, para llevar mensajes de buenas noticias. El sacerdote moderno debe ser un buen pastor, que ame a su gente, al pueblo y a los pobres. Que tengan sensibilidad y caridad para afrontar los desafíos. No esperar que la gente acuda a las parroquias para poder atenderlos, ya que la única manera de conocer a la comunidad es yendo”, aseguró el obispo.

Según el representante de la Iglesia queretana, se da la oportunidad a los sacerdotes de organizarse mejor y dar un servicio pastoral y espiritual a la sociedad.

En este sentido, Faustino Armendáriz comentó que nunca será suficiente la cantidad de sacerdotes, sin embargo, “es Dios quien envía los necesarios, los elige y los prepara. Son muchos los que son llamados, pero pocos los escogidos”, aseguró.

“Es normal que no se reciban como sacerdotes todos los seminaristas que entran, ya que conmigo entraron 10 y solo yo concluí. El fruto de esta formación tiene que darse por el discernimiento del sujeto que quiere ser sacerdote, que se aparten todos los que sean necesarios para tener al sacerdote que de verdad quiera entregarse, por ello el discernimiento es largo”, detalló el obispo Faustino Armendáriz.

Curas en formación

En Querétaro, de acuerdo con el vocero de la diócesis, Saúl Ragoitia, son entre seis y siete sacerdotes los que se ordenan cada año; actualmente hay más de 300 sacerdotes en las 112 parroquias.

También, actualmente hay 20 personas que estudian la preparatoria y se encuentran en la etapa de seminaristas, un proceso que toma 15 años de formación.

“Deben tomar un curso de introductoria, tres años de filosofía y cuatro años de teología. También existe la pastoral de los seminaristas en familia para niños de secundaria; es un proceso vocacional de acompañamiento donde los jóvenes respondan a su vocación, se forman para la vida”, explicó el prelado.

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