Querétaro se ubica en el lugar 10 de los estados donde más caro sale pagar a un legislador pues mientras que, en el país, en promedio, cada congresista estatal cuesta 12 millones 426 mil pesos, en Querétaro este monto asciende a 13.1 millones al año.
Lo anterior se desprende del estudio ¿Por qué vigilar a los congresos locales?, del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) en 2021.
A nivel nacional, el presupuesto destinado para pagar salarios y prestaciones a un congresista fue de 12 millones 426 mil pesos; mientras que en Querétaro, el monto fue de 13 millones 153 mil 061 pesos.
Tomando el presupuesto de todos los poderes legislativos estatales divididos entre los habitantes de México, a cada habitante del país le cuesta 147 pesos mantener a sus congresistas; trasladando este ejercicio al presupuesto del Congreso del Estado de Querétaro, a cada queretano le cuesta 180 pesos mantener a sus 25 diputados.
El estudio dice que los congresos locales no sólo están ahí para redactar o desechar leyes, sino que tienen la responsabilidad de aprobar y modificar los presupuestos estatales, auditar el destino de los recursos públicos y sancionar a quienes excedan los límites presupuestales.
En 2021, los congresistas estatales del país presupuestaron un total de 18 mil 562 millones de pesos para cumplir con sus atribuciones; aproximadamente tres cuartos de ese presupuesto se destinaron a los congresos y un cuarto se destinó a las auditorías estatales.
El Congreso de Querétaro para este 2021 contó con un presupuesto de 328 millones 826 mil 525 pesos; mientras que para auditoría asignó 98 millones 298 mil 464 pesos.
En promedio, los poderes legislativos estatales destinaron 25% de su presupuesto a sus respectivas auditorías; Querétaro destinó a este órgano 29.89%.
Estas auditorías locales, también llamadas órganos de fiscalización, son encargados de vigilar el uso adecuado y el destino de los recursos públicos, sin embargo, a falta de autonomía presupuestal y de procesos de selección competitivos, deja vulnerables a las auditorías a presiones presupuestarias por parte de las mayorías en el congreso, o bien, las hace cómplices del poder Ejecutivo.
De acuerdo con el reporte del Imco, de los 24 países de Latinoamérica, México ocupa el último lugar en “cultura política”, pues los mexicanos desconfían de la separación de poderes, la democracia y los contrapesos.
Es por ello que existe un gran desconocimiento sobre las funciones de los congresos y los mecanismos para hacerles rendir cuentas, pues en la mayoría de las ocasiones ni siquiera se conoce el nombre de la o el representante de distrito.