Niñas entre los nueve y 10 años de edad deben acudir a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para ser vacunadas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), con el fin de evitar contagios y prevenir la aparición del cáncer cérvico uterino (CaCu).
Iniciar la actividad sexual antes de los 15 años, tener más de una pareja sexual y el uso incorrecto del condón son algunos de los factores de riesgo para contraer el VPH, infección que se transmite a través del contacto sexual y que puede desencadenar el CaCu en mujeres.
Este programa de vacunación se une a las acciones del IMSS para prevenir enfermedades, por medio del uso de preservativos y la detección oportuna, a través del estudio del Papanicolaou, el cual se realiza en los Módulos de Medicina Preventiva de todas las unidades médicas. Existe evidencia de que la combinación de vacunación y detección disminuye entre el 66 y 80 por ciento la frecuencia de este tipo de cáncer.
El VPH puede afectar tanto a hombres como a mujeres, pero estas últimas pueden presentar lesiones precancerígenas cervicales.
Este virus se relaciona íntimamente con padecimientos como el cáncer, el cual sólo se manifiesta después de 10 años de haber adquirido la infección, por lo que es raro que surja en mujeres menores de 25 años y, por el contrario, existe un mayor riesgo para mujeres mayores de 40 años.
El contagio por este virus se diagnostica a través de la prueba del Papanicolaou (extracción de células del cérvix uterino para exámenes de laboratorio), la cual detecta la presencia del VPH con el objetivo de dar tratamiento.