El PRD es un partido vivo. Es un partido que evidentemente tiene aspiraciones rumbo a los siguientes procesos electorales y que, en ese sentido, sabemos de la importancia que tiene el PRD para la próxima elección de 2018.
Es un partido que seguramente va a ser muy importante en la transición político que se dé en 2018, y en ese sentido es evidente que existan diferencias, es evidente que existan complicaciones y que algunos querramos regresar al PRD a sus mejores tiempos y donde el PRD sabemos que es importante.
Hay quienes lo quieren ver derruido, que lo quieren seguir rompiendo, que lo quieren seguir excarvando y casi lo quieren enterrar. Hay quienes decimos que hay PRD para rato, que hay un PRD que ha servido a la ciudadanía estos últimos 27 años y que ha sido el que ha permitido por lo menos la visualización democrática que hoy tenemos y que los que venimos desde hace 27 años en el partido sabemos de la importancia que tiene nuestro partido en el país.
Es evidente que hay un distanciamiento (con la dirigencia estatal) porque me parece que la dirigencia, hay que decirlo claro, lejos de tener o asumir esa responsabilidad de lo que significa ser dirigente del PRD, me parece que le ha quedado grande la silla al compañero Adolfo Camacho.
En ese sentido me parece que ha dejado muy mal al perredismo en el estado de Querétaro. Ha convertido al PRD en un nicho de poder, como quizá existan en otros partidos, de izquierda o de derecha en el estado de Querétaro, y que los que hemos construido este PRD en 25 años, que son los que tiene en el estado de Querétaro, hoy desgraciadamente vemos un PRD hundido, sin una propuesta clara a los ciudadanos, hablando de temas que no le interesan a la ciudadanía, hablando de temas que pareciera ser un voz que apoya a los gobiernos en turno.
Salen a opinar al final de cuentas o a dar espaldarazos a Marcos Aguilar o al gobernador en turno, o a los presidentes municipales en turno. Vemos cómo apoyan plebiscitos en algunos municipios, desde luego que es lastimoso ver a un PRD ser comparsa y no un PRD siendo evidentemente lo que todos los que hemos militado en el PRD y hemos hecho y sabemos hacer: ser oposición, hay que ser evidentemente una oposición crítica, pero también constructiva y que hay que llegar a gobernar, que es al final de cuentas lo que queremos, cambiar el modelo del país.
Sobre ese problema vienen muchos. Entre ellos este desfalco, este desvío de recursos, que no es una situación de Carlos Sánchez, es una situación que nos enteramos, que ahí está el INE haciendo lo correspondiente, el propio IEEQ, que ya deslindó y que hemos exigido los que traemos una ideología muy clara, que no hay que solamente vociferar, sino que hay que actuar con el ejemplo, y en ese sentido me parece que en el caso del PRD, hemos tenido muchos ejemplos que por defender a compañeros del partido, por no lastimar las cosas al interior del partido, nos suceden cosas como las de Ayotzinapa, por cuidar a un presidente municipal que teníamos en un municipio, por no denunciar que ese mismo presidente municipal había atacado y había ejecutado a un compañero de partido, y acallamos las voces, esto colapsó en una situación muy grande.
Esa lección ya la aprendimos y de cara hacia lo que viene y lo que está exigiendo la ciudadanía, no podemos ser comparsas ni cómplices de una situación que se está dando en nuestro instituto.
Serán las autoridades quienes deslinden a final de cuentas las responsabilidades, pero nosotros no podemos acallar.
Actualmente el partido está regresando a lo que muchos nos quejamos del PRD, es decir, pareciera que se está convirtiendo en un partido familiar. Eso es lo que no queremos ver en PRD de cara al 2018. Por eso estamos dando la batalla, para que ante el proceso electoral interno que viene hay que darle vuelta a la página y estamos decididos que en el próximo proceso electoral incidir en las políticas públicas que presente nuestro partido. Incidir en la plataforma política que vaya a presentar en 2018 y por ende en los candidatos y en todo el proceso que venga de cara hacia 2018, por eso estamos dando la batalla.
La gente no debe de espantarse de los temas que debatimos, porque en el PRD siempre hemos sido así, abiertos, debatimos claramente, de frente. Si hay algo que nos hace diferentes de otros partidos es eso. Nosotros no acallamos, no tenemos a alguien que nos jale del hilo, de la cuerda.
Tenemos la militancia muy bien puesta y en ese sentido creo que casos como estos hay que denunciarlos, hay que darles la batalla de frente, y ya veremos en el proceso electoral, tanto el interno como en el constitucional.
Si nos vamos estadísticamente hay, entre el PRD actual y el que dejé, una diferencia de seis puntos porcentuales. Es decir de un casi 9% que lo dejamos, hoy tenemos un partido dirigido por Adolfo Camacho, que por cierto fue nuestro principal candidato en el pasado proceso electoral, y que no alcanzó ni siquiera 3% de la votación, sacó 2.97%.
Otros tuvimos que dar la batalla muy intensa, como los candidatos a diputados, para lograr de alguna manera el registro que nos permite tener esta responsabilidad y sacar poco más del 4% que fue lo que sacamos y que hoy nos tiene en el registro en el estado de Querétaro.
Va a venir una renovación dentro del PRD. Hay muchos ciudadanos que están interesados en participar en el PRD, que ya sea con una u otra opción de estas opciones que tiene de ir en una gran alianza electoral en 2018, ven la posibilidad de hacerlo desde las filas del PRD.
A diferencia de otros partidos, cuyo beneficio fue ser una opción diferente y que hoy se están viendo las de Caín, porque evidentemente no hay políticas públicas, no hay un proyecto de nación, no hay una línea de acción muy clara de cómo gobernar, el PRD si la tiene.