En el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México perdió empleos, perdió seguridad, perdió bienestar y se debilitó la democracia, dijo el presidente estatal del PAN, Agustín Dorantes Lámbarri.
“Es indispensable que los partidos de la oposición y la sociedad civil trabajemos de la mano para revertir este proceso. Nos ha costado muchos años y mucho trabajo construir la democracia que hoy tenemos, no podemos permitir un retroceso”, sostuvo Dorantes.
No hay que olvidar, puntualizó, que en este primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador sucedieron los siguientes hechos: La economía cayó del 2.5% al cierre de 2018 a 0.0% en 2019, y México estuvo los primeros seis meses de este año en recesión.
Asimismo, Dorantes Lámbarri señaló que las decisiones caprichosas del presidente, como la cancelación del nuevo aeropuerto de Texcoco, provocaron incertidumbre, lo cual frenó las inversiones nacionales y extranjeras.
En los primeros nueve meses de 2013, apuntó que la Inversión Extranjera Directa (IED) fue de 35 mil millones de dólares; en 2019, de 26 mil millones de dólares.
Además, el presidente estatal del PAN apuntó que, durante los nueve meses del presente año, las industria de la minería, la construcción y la manufactura han caído hasta seis puntos por debajo de cero.
En febrero pasado, dijo, la confianza del consumidor estaba en 117 puntos y la aprobación del presidente en 82. Hoy la confianza ha bajado a 105 puntos y la aprobación a 68.
El 33% de los empleos formales creados durante este año se registraron en las 10 entidades gobernadas por el PAN. El PAN es quien más empleos genera, señaló.
En relación con el mismo periodo de 2013, en el lapso enero-octubre, el número de homicidios dolosos, expuso, se incrementó 60%. El robo a negocios creció 48%, y la violación se disparó 25%.
Además, señaló que 30% de los secuestros ocurrieron en las seis entidades gobernadas por Morena, y 35% en la 11 gobernadas por el PRI.
En materia de salud, reprochó desaparece el Seguro Popular, la escasez de medicinas en los hospitales públicos, y la desatención a los niños con cáncer.