La semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló durante una de sus conferencias matutinas su lista de candidatos para contender por la Presidencia en 2024. Se trata de un interesante movimiento del mandatario, ya que, en primera instancia, no es algo habitual en la política mexicana. ¿Cuál es la estrategia detrás de la lista? ¿Qué interpretaciones hay del escenario?
El movimiento de López Obrador con publicar una lista de lo que él cree que pueden ser candidatos presidenciales para 2024 alberga diversas lecturas y consideraciones. La primera de éstas tiene que ver con las personas que aparecen en el listado, es decir, se trata de políticos y personas de la sociedad que han sido críticas del gobierno federal y una roca en el zapato del mandatario, pues además de señalar en múltiples ocasiones los errores de la actual administración, también han evidenciado las mentiras flagrantes del tabasqueño.
De esta manera, el haber señalado y agrupado a tales personas en esta lista como potenciales candidatas a la Presidencia del país, como parte del bloque “conservador” —que “conservador” es todo lo que no esté a favor del mandatario—, es un mensaje a los seguidores del mismo López Obrador. Consecuentemente, esta es una forma para exacerbar la confrontación por parte de sus seguidores contra esas personas, lo que generaría más violencia.
Una segunda consideración de esta lectura es que el haberla publicado le permite al mandatario apreciar y evaluar la respuesta de las personas que aparecen en ella. El hecho de que esas personas hayan sido consideradas por López Obrador les puede motivar a “levantar” la mano en sus respectivos partidos políticos —o buscar el respaldo de alguno— para, efectivamente, ser candidatas a la presidencia en 2024. Si eso sucede, puede traer dos efectos en particular: el primero es que podría crear desestabilización en los partidos por la pugna de la candidatura; y el segundo es que podría presionar a los partidos a elegir a una persona que les represente de cara a los comicios para la Presidencia.
En este sentido, es bien sabido que el mandatario denuesta a todo quien lo critique, lo obstaculice, lo rete y lo cuestione.
Lo vimos desde el inicio de su administración, desestimando y socavando a los medios de comunicación, académicos, activistas, políticos, etc., disidentes de su proyecto. Por ende, esta oposición política y social es su enemiga y la rival a vencer de cara a los siguientes comicios presidenciales.
De esta manera, si puede conocer quién es la persona que vaya a abanderar a la oposición política en 2024, le conviene a López Obrador saberlo desde ahora para comenzar a desestimarla, atacarla y deslegitimarla para aminorar su peligrosidad y el riesgo en general de que quien ostente la candidatura morenista pierda en las elecciones presidenciales.
Sin embargo, hay algo que no cuadra en la estrategia y eso es el momento en el que esta lista fue publicada. López Obrador tiene a muchos seguidores escuchándolo diario y además tiene un megáfono cinco días a la semana que se llama conferencia matutina. En este sentido, podía haberse esperado a que el siguiente año la oposición eligiera a una persona candidata a la Presidencia y comenzar su deslegitimación, pero lo hizo ahora. ¿Será desesperación o es un intento de impulso para conocer la candidatura rival?