El domingo pasado, miles de ciudadanos  nos dimos cita para ver el desarrollo de la sesión de la Cámara de Diputados, donde la coalición Juntos Haremos Historia, encabezada por Morena y la alianza Va X México, liderada por el partido blanquiazul, discutirían la aprobación o el rechazo de la reforma eléctrica.

Desafortunadamente para los que presenciamos poco más de 12 horas de transmisión, el debate de altura solamente estuvo del lado del partido del Presidente, lejos de filias y fobias, puedo asegurar que  los legisladores del PRI, PAN, PRD y MC, no tuvieron la capacidad argumentativa para defender su postura en contra de esta reforma, prefirieron respaldarse de un discurso demagogo, gastado y cero propositivo.

Por su parte, los diputados del partido del Presidente y sus aliados en la Cámara, tuvieron que desmentir una 
y otra vez lo dicho por la oposición, al mismo tiempo que llevaban a tribuna los diferentes beneficios de dicha iniciativa.

Al final y después de diversas intervenciones que exhibieron la incapacidad de los hoy opositores, la votación se realizó dejando un saldo de 275 sufragios a favor y 223 en contra, cifra que es insuficiente para aprobar una reforma constitucional y que cuya consecuencia fue que se desechara la propuesta de ley en materia eléctrica.

Dicho resultado generó indignación en gran parte de la población y su efecto colateral fue el señalamiento de traición a la patria para aquellos que votaron en sentido negativo y por si fuera poco el aumento en la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La realidad es que aquellos que pensaban que la alianza conformada por tricolores, azules y amarillos, apoyarían un proyecto nacionalista y de protección a nuestra soberanía, simplemente pecaron de ilusos, nada se puede esperar de aquellos que sólo votan a favor si hay maletas llenas de dinero a cambio de levantar la mano en el sentido que se les indique.

Desafortunadamente la traición a la patria no solamente es protagonizada por la oposición, también los que envueltos en la bandera de Morena recurren a las marrullerías para beneficiar sus intereses particulares, abonaron a que esta ley no fuera aprobada el fin de semana pasado.

Desde la trinchera nacional, Mario Delgado se dió a la tarea de acomodar a sus amistades por encima de perfiles que coinciden ideológicamente con el movimiento obradorista, generando así un huelga de brazos caídos por parte de la militancia, situación que se reflejó en la pérdida de más de 50 curules en las elecciones de 2021, mismos que hubieran sido claves no sólo para aprobar la reforma eléctrica, sino para el resto de iniciativas que son claves para la 4T.

Querétaro no fue la excepción, Morena tuvo candidaturas que daban pena ajena, la candidata a la gubernatura tuvo la brújula extraviada, la dirigencia caracterizada por su ilegimitidad demostró que no tiene la capacidad para encabezar  Morena, a esto hay que sumarle la nula claridad en los montos de campaña y peor aún, los rumores de venta de candidaturas hasta por 2 millones de pesos, situaciones que generaron todo tipo de reacciones al interior.

Por eso digo que los traidores a la patria no sólo visten de azul, tricolor, naranja o amarillo, también se saben disfrazar de guinda, vivir del erario y posar para la foto, como si la construcción de una nueva nación se hiciera desde la comodidad de una oficina.

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