Desde hace algunas colaboraciones he compartido que el proceso electoral interno de Morena ha levantado todo tipo de emociones y por consecuencia han salido a relucir las peores mañas de aquellos que suspiraban con encabezar la dirigencia del partido obradorista. En la presente colaboración me centraré en Querétaro, aunque el fenómeno de exclusión se ha dado a lo largo y ancho del país.
Apostaré a la destreza de quienes lean este texto, basta de hacerle publicidad a los todavía funcionarios de Morena Querétaro, simplemente no la merecen. El viernes pasado, al filo de las 11 de la noche, se publicaron las listas de las personas seleccionadas para contender por las consejerías estatales; sin embargo, fueron dadas de baja, para ser sustituidas por un nuevo listado en donde existían nuevas incorporaciones y en particular la exclusión de personajes que somos plenamente identificados e identificadas con el movimiento. Durante los siguientes días nos preguntamos la razón de dicha “rasurada”, si entre las y los excluidos nos encontramos personajes que hemos acompañado al movimiento inclusive desde antes de conformarse como partido político: fundadores, brigadistas, voluntarios, ex candidatos y representantes populares de Morena.
Es curioso, la generalidad de los y las borradas, hemos mantenido una postura crítica ante las decisiones del partido, siempre buscando que la razón nos asista y externando el desacuerdo desde la protesta y la propuesta. Lo que inevitablemente nos lleva a pensar que nuestros nombres le hacían ruido a los que se ostentaban como señalados por el dedo del dirigente nacional, ustedes saben quiénes son, ambos ex diputados, ambos con estrepitosos descalabros en 2021 y una ambición desmedida que hizo que de manera directa eliminaran a quienes les incomodamos, contraviniendo las bases éticas en las que se ha construido Morena como partido político. ¿A qué le tienen tanto miedo? A que la voluntad de la población y la militancia no respalde sus aspiraciones, que como consecuencia se exhiba la poca simpatía que tienen con la base, o peor aún, que todo lo mostrado en redes sociales es una burda simulación.
Dicha intransigencia fue secundada por una ex candidata y su fiel asistente. Fue así como se consumó un atropello que nos indigna a propios y extraños. Después de que a nivel nacional se anunciara que las listas publicadas eran las definitivas, hubo una resolución sustentada en el principio de equidad de género que rige a Morena desde su fundación, lo que ocasionó que en Querétaro sea mujer la encargada de presidir el Comité Ejecutivo en la próxima administración, hecho que derrotó moralmente a los culpables de la exclusión de sus propios compañeros y compañeras de partido, primero porque 3 de las 4 personas que respaldaron dicha decisión son varones, y segundo porque la única mujer participante no se inscribió a dicho proceso.
Por cierto, aunque el aún portavoz diga que los “rasurados” de la lista, somos “colados”, le recuerdo que mientras él y otros promocionaban a un partido cómplice del “Pacto contra México”, los “colados” defendíamos al país y construíamos desde diferentes trincheras, lo que hoy es Morena, lo que hoy es la cuarta transformación.