Durante la semana se hizo público que un diputado local priista había sido designado como vocero del partido tricolor, hecho que fue respaldado con la nada grata presencia del líder nacional del PRI, Alito Moreno, quien ha figurado por sus escándalos de supuesta corrupción y sus espectáculos ante los medios de comunicación donde comparte el protagonismo con las migajas del partido del sol y su eterno aliado blanquiazul. Ante esta decisión no faltaron los curiosos que mencionaron que sólo faltaba que alguien de Morena Querétaro asumiera dicha responsabilidad, ya que curiosamente este mismo cargo lo ostentaba otro queretano, pero en el PAN, el ex presidente municipal Marcos Aguilar, quien tuvo que irse a la banca algunos años debido a las irregularidades que hubo durante su administración y que desembocaron en diferentes procesos legales contra colaboradores cercanos a él. De hecho se puede decir que su gestión al frente de la capital estatal fue tan mala que en 2018 les costó la elección, misma que le fue arrebatada a Morena en los escritorios de la autoridad electoral.
Siendo honestos, ni el actual diputado, ni el ex alcalde gozan de grandes aptitudes, en el caso del partido revolucionario institucional, su presente genera más vergüenza que esperanza entre su militancia, están a nada de sufrir un nuevo descalabro en las elecciones del año entrante y para su desgracia su entidad principal pasará a manos de una administración morenista dentro de pocos meses, así que lejos de ser algo que vista al legislador, sólo será una experiencia más en su carrera, mientras es testigo presencial de cómo su partido se extingue conforme pasan los días. En el caso de Acción Nacional, a nadie sorprende que Querétaro figure a nivel nacional dentro de la estructura blanquiazul, tomando en cuenta que nuestro estado es de los últimos bastiones de poder que les quedan y por supuesto que su líder moral y ex candidato a la Presidencia nació en estas tierras.
El caso de Morena es diferente, la voz nacional le corresponde de manera oficial a Mario Delgado, aunque este no represente a toda la militancia, mientras que a nivel local el partido fundado por AMLO vive una transición necesaria e importante, después de una gestión encabezada por un dirigente impuesto, cuya estrategia de trabajo se reducía a tomarse fotos simulando recorridos en las calles, mientras fingía escuchar las inquietudes ciudadanas, hoy el nuevo comité estatal ha dado un importante golpe de timón y ha demostrado que su experiencia en el trabajo de base le sirve como principal herramienta para mejorar los números morenistas en miras del próximo proceso electoral de 2024.
Justo hablando de la sucursal local de Morena, es de llamar la atención el trabajo del senador Gilberto Herrera, quien fiel a su estilo, le apuesta al esfuerzo diario y constante como principal carta de presentación, demostrando en los hechos una solidaridad plena con aquellas personas que han sido atropelladas por la autoridad o en su defecto que han sido olvidadas por las administraciones anteriores y evidentemente por la que hoy en día ocupa la Casa de la Corregidora. El camino al 2024 lleva meses construyéndose y cada día que pasa las piezas se mueven y anuncian que se acerca una batalla más en el aspecto electoral.