Las matracas, la música de La Marcha de Zacatecas estuvieron ausentes en el registro de Abigail Arredondo como candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno del estado. La Covid-19 obliga a cambiar las viejas formas.
Las “caballadas” y las “bufaladas” no están presentes. Ese apoyo, ahora, no se ve de manera presencial.
Abigail Arredondo llega acompañada de su familia y del líder estatal de su partido, Paul Ospital, al Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ). La acompañan también los trinos de los pájaros que se posan en los árboles que rodean la sede del instituto.
El registro se lleva a cabo en un espacio abierto en el IEEQ, para evitar estar dentro de un salón en momentos de emergencia sanitaria y evitar un brote de Covid-19. El lugar para la recepción da directamente a la avenida de Las Torres, pero afuera no hay nadie para aplaudir. Las porras se reservan para otro lugar.
No hay cientos de personas vestidas de rojo vitoreando a su candidata, en quien confían para ganar nuevamente el gobierno del estado y hacer historia con la primera mujer gobernadora de Querétaro.
La ceremonia es breve. El consejero presidente del IEEQ, Gerardo Romero Altamirano, agradece a los simpatizantes del PRI por no acudir a apoyar a su candidata al instituto y ser responsables en estos tiempos de emergencia sanitaria.
Luego, la candidata priísta toma la palabra. No se retira el cubrebocas, más que para dar un sorbo a la botella de agua.
Luego, las preguntas de los medios de comunicación. La cuestionan sobre las críticas hacia el gobierno federal, pero no al estatal y municipal. Niega que haya un pacto secreto con el blanquiazul.
Luego de las preguntas, la candidata y sus acompañantes se retiran del IEEQ, no sin posar para la foto oficial antes. Los exhortan a mantener la sana distancia.
La reunión postregistro se lleva a cabo en el mercado de Los Sauces, donde una decena de priístas se concentra con su candidata y su dirigencia en el estado.
Ahí degustan de una barbacoa. Se acomodan en mesas largas, donde la sana distancia pasa a ser una falacia. Los cubrebocas se dejan de lado por unos momentos para poder comer, a pesar de que entre uno y otro priísta no hay más de medio metro.
La candidata Arredondo agradece el apoyo y el acompañamiento. La ovaciona la militancia y los cuadros del PRI que participarán en la elección a otros puestos de elección popular. Levantan los puños en señal de triunfo, aunque puede ser también la arenga para la lucha que comenzará en unos días.