Para el Comité Directivo Estatal del PAN en Querétaro, la administración federal cierra como el mandato más sangriento en la historia moderna del país, además de que formaron una masiva base de clientelismo electoral con los programas sociales.
“El actual gobierno federal de Morena será el mandato más sangriento en la historia reciente del país con más de 180 mil homicidios desde que asumieron el poder en 2018. Termina un gobierno que dividió al país, formó una masiva base de clientelismo electoral con programas sociales, llevó a las Fuerzas Armadas a tareas que no les correspondían y tuvo nula tolerancia a quienes pensaron diferente a ellos”, señaló la presidenta estatal del PAN, Leonor Mejía,
“Estamos a un mes de concluir el gobierno federal que será recordado por tener las herramientas legales, instrumentos institucionales y el presupuesto más grande que ninguna otra administración federal tuvo para bajar la violencia y delincuencia, pero hoy entregan números peores”.
Leonor Mejía afirmó que las malas decisiones del gobierno de Morena dejan los peores números de homicidios, desaparecidos, feminicidios. “¿Qué festejan? ¿Festejan el clima de violencia, impunidad y muerte con el que dejarán al país?”.
“El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que es independiente del Inegi, ha contabilizado más de 180 mil homicidios dolosos desde que asumieron el cargo. Cifra superior a las registradas en los sexenios completos de Enrique Peña Nieto, que fue de poco más de 150 mil y las del gobierno de Felipe Calderón, con alrededor de 122 mil".
“Cierran por la puerta de atrás un gobierno que faltó a su palabra cuando afirmó que regresaría a la milicia a sus cuarteles y disminuiría la militarización del país. No sólo mantuvieron a las y los soldados en las calles, sino que utilizaron a las Fuerzas Armadas a construir sus obras faraónicas mientras la inseguridad en México se agudizó”.
Señaló que termina el gobierno federal que utilizó los programas sociales como clientelismo electoral para ganar la voluntad de la gente, “sin que ello incida en bajar niveles de pobreza, en fomentar emprendimientos o ayudar a los beneficiarios a salir adelante por sí mismos”.
