Las modificaciones al dictamen de la consulta popular y la revocación del mandato deben ser torales para que no se conviertan en mecanismos de presión o de propaganda política, señaló el diputado federal panista Marcos Aguilar Vega.
“Acorde al dictamen que se encuentra a discusión, se pretende otorgar mayores facilidades para la aplicación de la consulta popular y la nueva figura de la revocación de mandato; sin embargo, en la misma se plasman los obstáculos para su cumplimiento e inaplicabilidad”, señaló.
Al dar su posicionamiento en nombre del grupo parlamentario del PAN y en contra del dictamen, detalló como ejemplo que esta iniciativa establece que las consultas populares serán convocadas por el Congreso de la Unión a petición de 1% de la Lista Nominal de Electores, que ronda los 89 millones 125 mil ciudadanos; en otras palabras, se necesitarían cuando menos 891 mil 250 firmas.
Esto es, un poco menos de toda la participación de la consulta realizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en donde obtuvo una afluencia total de 925 mil 168 participantes.
Por lo que hace a la figura de revocación del mandato, señaló que debemos tener prendidas todas las alertas.
Desde la tribuna en la Cámara de Diputados, dijo que el PAN advierte los riesgos de aprobar la figura de revocación de mandato como se observa en el dictamen, ya que la gran virtud de los regímenes republicanos con sistema de gobierno presidencial, como es el caso de México, es que el presidente es elegido por un periodo constitucionalmente establecido.
“Es el caso de México, donde los periodos presidenciales son de seis años y no existe la posibilidad de la reelección. De tal modo, los ciudadanos saben que elegirán a una persona para gobernar por un periodo limitado y que el presidente de la República no extenderá su encargo más allá del tiempo establecido”, indicó.
Explicó que esta característica del presidencialismo ofrece la oportunidad a los ciudadanos de votar cada seis años por la continuidad, no de una persona, sino de un partido o forma de gobernar, o también tienen la posibilidad de dar un voto de castigo a un gobierno que a su juicio no haya funcionado o cumplido con las expectativas.
La alternancia. Indicó que en México, desde el año 2000, hemos sido partícipes de la alternancia política, que ha visto pasar a distintos partidos y coaliciones electorales por la titularidad del Poder Ejecutivo.
“En Acción Nacional lo decimos de forma contundente: no a la intervención del Presidente de la República en las elecciones intermedias”.