Hace 100 años, Félix Fulgencio Palavicini, fundador del periódico EL UNIVERSAL, se encontraba en Querétaro, entonces capital del país, representando al Distrito Federal en el Congreso Constituyente.  Al centenario  de aquel momento histórico, el bisnieto de Palavicini, Alfredo Kohn Mac Gregor  y su hija Mónica Alejandra Kohn Guerrero, están en Querétaro y han decido hacer de esta ciudad, sede de la promulgación de la Constitución de 1917, su nueva casa.

Sólo algunos saben que Alfredo es bisnieto del constituyente Félix Fulgencio, porque en su nombre no luce el apellido Palavicini. La madre de Alfredo es Laura Mac Gregor Palavicini de Kohn, descendiente de Beatriz Palavicini de Mac Gregor, hija del ingeniero, periodista y diplomático Félix Fulgencio Palavicini.

“Mi abuela Beatriz nos platicaba mucho del bisabuelo, decía que era una persona que siempre estaba leyendo, estudiando, aparte de eso, todo el tiempo estaba buscando causas justas para el país, y le decía a mi abuela: ‘Debemos buscar cosas para ayudar a nuestro país que está creciendo muy rápido’. Y él, como embajador, siempre buscó dar una buena impresión de México, era un hombre impecable. Mi papá, decía mi abuela, si íbamos a Francia lo conocía todo mundo, la gente lo buscaba mucho porque era un hombre que sabía mucho, muy inteligente”, platica Alfredo a EL UNIVERSAL Querétaro.

Kohn Mac Gregor es ingeniero textil y actualmente se dedica a la coordinación de proyectos ecológicos, conservación del agua y tratamiento de residuos, pensando en las afectaciones que hay en el medio ambiente, pensando en ayudar a su país.

“Mi abuela siempre me preguntó: ¿Por qué no te dedicaste a leyes viniendo de quien vienes?  Y es que ninguno de los descendientes cercanos se dedicó a leyes, algunos son ingenieros, doctores, arquitectos, pero nadie se quedó con la herencia del bisabuelo Félix. Yo soy ingeniero textil y a mí la vida me ha llevado a los proyectos ecologistas, conservación de agua, limpiar pozos; lo que estoy luchando es por poner plantas sustentables que no contaminen y procesar la basura, no con tecnologías viejas sino nuevas, pero cuesta trabajo llegar a esos puntos. Y en cada acción que tomo pienso en lo que haría el bisabuelo”, agrega.

A 100 años de la firma  de la Constitución de 1917, Alfredo retoma ese espíritu crítico de Palavicini y dice: “Siento que debemos seguir respetando la Constitución, actualizándola para que funcione a los tiempos nuevos,  pero lo que  más falta es respeto;  siento que sí todos los que intervinieron en la Constitución vivieran ahorita, no estarían muy a gusto, por la  falta de respeto que tenemos en nuestro propio sistema. Yo estoy muy orgulloso de ser descendiente de un constituyente, y lo único que puedo hacer es enseñarle a los que vienen en el camino que aprendan a respetar y que quieran a su país”.

A don Félix no le gustaban las fotos

El encuentro con EL UNIVERSAL Querétaro y Alfredo Kohn Mac Gregor fue gracias a un descendiente de otro constituyente, Sergio Fernando Díaz Fernández, sobrino nieto de Carlos Ramírez Llaca.

Hace 30 años Alfredo vivió en Querétaro sólo durante un año, después se regreso a la Ciudad de México. “Mi madre siempre me decía: No sé por qué, pero creo que tú vas a irte a vivir por Querétaro; quizá porque allá estuvo el bisabuelo”, platica Alfredo, quien finalmente decidió venir a esta ciudad. Y justo el día que conoció a Sergio, descubrieron que ambos eran familiares de constituyentes.

En la oficina de Alfredo hay varias fotos de Félix Fulgencio Palavicini. “En todos mis escritorios siempre ha estado presente el bisabuelo”, aclara. Aunque a don Félix no le gustaba posar para la cámara,  gracias a esos retratos sus descendientes más jóvenes pueden conocerlo, como la hija de Alfredo, Mónica Alejandra Kohn Guerrero, y  su pequeña nieta, Eva Victoria Martínez Kohn, quien nació hace unos meses aquí en Querétaro.  “Es la descendiente más pequeña del constituyente Félix Fulgencio Palavicini, y  es queretana”, dice con orgullo Alfredo.

Una de las fotos que guarda del bisabuelo es un retrato que estaba a punto de desaparecer. “La abuela la iba tirar porque está desteñida y con las orillas rotas, yo tenía como 18 años cuando dijo que lo iba a tirar y yo agarré la foto y la guardé, esa foto del bisabuelo es la que siempre tengo conmigo”, explica con nostalgia.

Muchas de los retratos, libros y objetos que pertenecieron al constituyente se han repartido entre la familia. Son pocas las fotos de Palavicini que conserva Alfredo. “Son pocas fotos porque no se dejaba retratar, no le gustaban las fotos, cuando se  dejaba retratar era por cuestión política, porque llegaba a una embajada,  y yo le preguntaba a mi abuela: ¿En serio no le gustaban las fotos?  Y ella respondía: No lo decía, pero no, no le gustaban las fotos”.

Entre Madero y Carranza

Félix Fulgencio Palavicini nació en Tabasco el 31 de marzo de 1881. Se tituló como ingeniero del Instituto Juárez del Estado de Tabasco. En 1903 comenzó su carrera periodística; al mudarse a la Ciudad de México fundó  y dirigió el diario El Precursor. En 1909 acompañó a Francisco I. Madero en su primera gira por la República.

En la publicación Historia de la Constitución de 1917, Tomo I, Félix F. Palavicini, dice que  “también dirigió el periódico El Imparcial en 1914. Por encomienda de Venustiano Carranza se encargó asimismo de los periódicos El Pueblo, El Demócrata y el diario Vanguardia de Orizaba”.

Andrés Garrido del Toral, cronista del municipio de Querétaro, en el libro Querétaro de la Constitución y Constitución de Querétaro escribe:  “La idea de una nueva Constitución era nebulosa en la mente de los ganadores de la lucha armada revolucionaria al finalizar el año de 1914, pero fue tomando cuerpo día con día en Carranza y sus allegados, por lo que el ex gobernador coahuilense ordenó a Félix Fulgencio Palavicini que hiciese una intensa propaganda en los periódicos, nacionales y extranjeros, en favor del constitucionalismo y de la pretensión de elaborar reformas a la Carta Magna de 1857”.

El 1 de octubre de 1916, por iniciativa del ingeniero Félix Fulgencio Palavicini, nació EL UNIVERSAL bajo el lema: Diario Político de la Mañana. “El objetivo del nuevo diario fue dar la palabra a los postulados emanados de la Revolución Mexicana, cuando comenzaba el Congreso Constituyente”, se lee en el archivo de la historia de EL UNIVERSAL, El Gran Diario de México.

La rotativa Goss que imprimió los primeros ejemplares de EL UNIVERSAL, fue la misma máquina que imprimió la Constitución de 1917, por eso la llamaron: La Constituyente.  Palavicini dejó la dirección del diario  y comenzó su actividad diplomática.

“A él siempre le dolió haber dejado el periódico porque amaba el periodismo, era su pasión, nos decía mi abuela. Pero lo dejó para dedicarse a su vida como diplomático. Ahorita no puedo imaginarme todo lo que hizo, era un hombre que vivió rapidísimo. Curioso, mi mamá me regañaba y me decía: ¡Es que tú vives muy rápido! Y mi abuela se levantaba y le decía: Déjalo, no ha vivido ni  la mitad de lo que hacía tu abuelo”, recuerda.

Fue embajador de Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia, España y Argentina.  Autor de varios  libros, entre ellos Pro-patria: apuntes de sociología mexicana,  Mi vida revolucionaria y Libertad y demagogia.  Palavicini fue un hombre serio, enérgico, critico, pero respetuoso, dice su bisnieto Alfredo Kohn Mac Gregor,  y añade: “Me hubiera gustado conocerlo y preguntarle tantas cosas. Mi mamá me decía que yo me hubiera llevado muy bien con él y creo que sí”.

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