El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) entregó los resultados de incidencia delictiva de junio, los cuales son los primeros indicadores luego de la implementación de la tercera gradualidad del sistema de justicia penal acusatorio. Los resultados muestran un aumento de 20% en delitos patrimoniales (robos).
En el apartado de robo sin violencia se detalla que los casos aumentaron 42.9%, aunque disminuyeron 46.4%, con respecto al mes anterior: mayo, en el que se registraron mil 141 denuncias de robo sin violencia, mientras que en junio fueron mil 631; en la modalidad de robo con violencia fueron 353 casos en mayo contra 163 en junio.
Autoridades estatales, previo al inicio del sistema de justicia, advirtieron que las denuncias aumentarían hasta 25% debido a métodos más accesibles para presentar querellas; sin embargo, existe un diferencia sustancial entre las formas de comisión de los robos.
El 30 de mayo entró en vigor el sistema de justicia en los municipios de la zona metropolitana: Querétaro, El Marqués y Corregidora; estas entidades concentran 60% los índices delictivos, a decir de Francisco Javier García Dávalos, maestro en Derecho y estudioso de los fenómenos de Seguridad de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Consultado por EL UNIVERSAL Querétaro, el catedrático explica porqué la diferencia entre el robo con violencia y sin violencia, números que innegablemente están ligados con la nueva forma de impartir justicia y atender a las víctimas, aunque también reflejan un aumento de la inseguridad.
En los robos con violencia la disminución se relaciona con la solución pronta de los conflictos; el sistema de justicia adversarial tiene como principio, recuerda, judicializar la menor cantidad de casos, esto con dos fines: garantizar una pronta reparación del daño y disminuir la presión en el sistema judicial.
“Ahora los delitos no necesariamente se judicializan, la reforma penal permite salidas alternas, es decir, se arreglan las víctimas con el infractor, hay instancias que permiten la resolución, se ponen de acuerdo, se repara el daño y santo remedio”.
“Lo que está pasando, concretamente en la tercera gradualidad, para junio no se iniciaron propiamente carpetas de investigación y sólo en donde no hubo una salida alterna; no encuentro una lógica distinta”, confirmó el profesor.
Y es que se entendería, agrega, que en un robo con violencia existe un contacto directo con el agresor, aunque no se conozca, lo que genera la posibilidad de tener un arreglo inmediato cuando se da su detención pronta. Al tener el infractor la alternativa de reparar el daño y no ir a la cárcel, y la víctima la posibilidad de recuperar de inmediato su patrimonio, se opta por esta opción, la conciliación.
Respecto al aumento en los robos sin violencia, Javier García explica que las denuncias son contra quien resulte responsable, haciendo imposible una conciliación; factor que va de la mano con un aumento en la confianza hacia las autoridades al tener un sistema más rápido para el registro de hechos delincuenciales.
“Hoy hay más confianza en el aparato estatal, en virtud de que en trámites ya no hay que hacer largas filas; como hay inmediatez por parte de la autoridad entonces está impactando en la gente que sí está acudiendo (…) en los robos sin violencia llegas a tu casa y ya está saqueada, entonces quién fue, pues quién sabe, las denuncias son contra quien resulte responsable”, explica el especialista.
Desglose en números. Los datos del SESNSP indican que aumentó en 9.6% las denuncias (o inicio de carpetas de investigación); en mayo fueron 3 mil 460 y en junio, 3 mil 792.
En los robos con violencia se tiene que en casa habitación pasó de 15 casos a seis en el mismo periodo; los robos de vehículos fueron de 32 a 27 y a transeúntes pasó de 91 casos a 55.
Mientras que los robos a negocio bajaron a 24 casos contra los 114 de mayo “que también se explica por mayores mecanismos de seguridad, botones de pánico y medidas disuasivas más que preventivas”, menciona el catedrático.
En los robos sin violencia se tiene que a casa habitación se pasó de 198 a 274 casos; a negocio de 71 a 196, de vehículo de 341 a 382 y a transeúntes de 19 a 101 “son indicadores que aumentan brutalmente y que también hablan de un aumento de la inseguridad”, concluye el profesor de Derecho.