Para conseguir marihuana en San Juan del Río, algunos menores de edad recurren a un domicilio particular ubicado en pleno centro de la ciudad. El propietario de la casa, conocido como Pedrito, permite el ingreso, lo mismo para adolescentes que para jóvenes mayores. De este sitio tres madres han podido “rescatar” a sus hijos, quienes les confesaron haber consumido marihuana en esta vivienda.

Janeth descubrió que su hijo Raúl de 17 años era uno de los jóvenes que ingresaba a esta vivienda a convivir con algunos amigos, pero la frecuencia con que acudía a este inmueble y su desmejorado estado de ánimo la llevó a reconocer el problema de adicción a que el menor se enfrentaba. Le prohibió seguir frecuentando el lugar, aunque sin certeza aun de que en este sitio se le proporcionaba la droga y decidió buscar apoyo para que su hijo se rehabilitara.

Seis meses después, su sobrina Marlene de 16 años de edad, comenzó a ausentarse de su casa, por lo que la madre de la menor recurrió a Janeth para que le ayudara a averiguar el paradero de la adolescente.

“Marlene comenzaba a ausentarse hasta por tres días, la buscábamos en varios lugares, no la encontrábamos, cuando regresaba a casa era evidente su mal estado, supe de inmediato que estaba consumiendo drogas porque ya tenía la experiencia con mi hijo. Llegaba sucia, despeinada, nunca nos decía con quién estaba o nos decía mentiras, hasta que descubrimos que se metía a la misma casa a la que meses atrás frecuentaba mi hijo” comentó Janeth.

Marlene fue convencida a frecuentar la vivienda, localizada en la calle Hidalgo, en el centro de San Juan, a través una propuesta de trabajo. Unos jóvenes le prometieron alojamiento en este inmueble mientras laboraba; este fue el argumento que la joven dio antes de escapar de su hogar. Su tía y familiares le perdieron la pista nuevamente, pero ahora con una noción del sitio a donde podrían ir a buscarla.

Los familiares pudieron localizar a la menor a través de comerciantes de la calle mencionada quienes, habían sido testigos en varias ocasiones de que en aquel domicilio, cercano al mercado Reforma, ingresaban adolescentes a todas horas. Comentaron que la vivienda era propiedad de Pedrito, que había heredado la casa tras la muerte de sus padres. Marlene se negó a proporcionar más información de lo que en el interior de la vivienda realizaban los jóvenes, pero confesó haber consumido marihuana en este sitio.

“Marlene no nos ha querido decir el tipo de trabajo que según le ofrecían, pero imagino que algo estaba mal en este sitio; mi hijo se metía a esta casa, se que a la hija de otra amiga también la encontraron en esta casa bajo el influjo de las drogas, lo que nos preocupa es que a las chicas les ofrecen empleo, no sabemos con qué intensiones”

En esta misma circunstancia ingresó a este domicilio, Rosy, joven de 16 años a quien le ofrecieron trabajo y hospedaje en dicha vivienda. A ella la convenció de acudir al lugar otra jovencita, aparentemente de mayor edad, que presentó a su familia como su amiga, según dio a conocer Wendy, hermana mayor de la afectada.

“Rosy ya traía problemas con las drogas, un día fue a una fiesta y regresó muy mal, drogada ahí conoció a una jovencita que días después la acompañó a la casa, cuando nos dijo que se iba, que le habían ofrecido trabajo y que se iba a vivir en una casa en la calle de Hidalgo, papá quiso saber a dónde se iba y la siguió hasta la vivienda, adentro había mucha ropa tirada y dos hombres como de 25 años la esperaban para llevarla al lugar donde según iba a trabajar”

Los dos hombres, junto con la nueva amiga de Rosy, condujeron a la adolescente y a su padre hacia una estética ubicada en la comunidad de Galindo. El padre esperó fuera del establecimiento a que concluyera la presunta jornada laboral, ante el temor de que la menor fuera llevada a otro lado. Finalmente decidió llevarse a Rosy, quien más tarde le confesó haber consumido marihuana al interior de la casa de Hidalgo en la que habría de vivir.

La actividad clandestina de esta vivienda, se ventila en redes sociales. Los padres de los adolescentes que ingresaron a al domicilio, aseguran haber rastreado las cuentas de Facebook de sus hijos; amistades comunes exhiben fotografías de jóvenes al interior de la propiedad. En las imágenes se aprecian fiestas juveniles y por lo menos, el consumo de alcohol es evidente entre menores que se parecían aun portando uniformes de escuelas secundarias cercanas a la calle ubicada en el centro de la ciudad.

Corrupción de menores a la vuelta de la esquina. El consumo de drogas entre menores de edad inducido por adultos u otras personas, es considerado delito de corrupción, de acuerdo con el comisionado del Centro Estatal Contra las Adicciones Guillermo Tamborrel Suárez.

El representante del CECA aseguró que una persona con adicción a la marihuana puede destinar en promedio hasta seis mil pesos al mes en el consumo, por lo que advirtió que los jóvenes en edad escolar, que no cuentan con ingresos económicos pueden ser alentados a cometer varios delitos menores para hacerse de recursos y tener acceso a la droga.

Uno de cada tres consumidores de marihuana, adquiere la droga a través de un narcomenudista, pero dos de cada tres jóvenes, tienen su primer contacto con sustancias prohibidas, a través del ofrecimiento que le hacen amistades cercanas, de acuerdo con datos del CECA

Una persona con adicción a la marihuana pueda consumir hasta 15 gramos al día, esta cantidad tiene un costo aproximado de 150 pesos. Cada “churro” tienen en promedio tres gramos, explicó el funcionario.

El comisionado del Ceca advirtió que mientras que el consumo experimental no representa para los menores dificultades para hacerse de la droga, la frecuencia hasta llegar a la adicción les obliga a buscar medios económicos legales o ilegales para comprar las sustancias, “ellos pueden destinar el dinero que les dan para la escuela a comprar drogas o más tarde a sustraer el recursos de las pertenencias de sus padres, comienza a robar en su casa”

Andrea Velázquez Ruiz, coordinadora del Centro de Atención Primaria en adicciones, aseguró que en el municipio, la droga de mayor consumo entre los adolescentes es la marihuana y mas de la mitad de los adictos atendidos en este espacio son del sexo masculino.

Autoridades de Seguridad Pública se ven imposibilitadas a reportar la vivienda para que sea revisada por dependencias investigadoras, al no existir una denuncia formal sobre el uso irregular que se da al domicilio. Pero los padres de los menores afectados temen denunciar los hechos, por ahora, les interesa que sus hijas estén rehabilitadas.

Raúl acude a terapias para rehabilitarse de su consumo de marihuana; Marlene se ha reintegrado a su vida familiar y no ha vuelto a escapar, aunque su tía confiesa que aún no ha acudido con especialistas para tratar su adicción. Marlene, en cambio, se encuentra internada en un centro de rehabilitación ubicado en la localidad de El Rodeo.

Vecinos se suman a cruzada anti drogas. En San Juan del Río padres de familia y presidentes de colonos se han organizado para implementar la denominada Cruzada por el Bienestar, coordinada por CECA, el diputado Roberto Cabrera y el Centro de Atención Primaria de Adicciones (Capa) y que tienen por objetivo llevar a cabo pláticas preventivas sobre el consumo de drogas

En la primera etapa, cinco agrupaciones de colonos y la Unidad de Pastores de San Juan del Río, participan en esta cruzada, cuyas pláticas serán impartidas a través del Capa en grupos de 30 personas. “Mitos y Realidades de las drogas”, “Fusión básica de los padres de familia” y la “concientización de los valores” son las temáticas a abordar en esta cruzada

Quienes reciban esta capacitación a su vez difundirán la información adquirida para generar redes de apoyo que permitan orientar a los padres sobre los indicios en consumo de sustancias, las consecuencias y riesgos latentes a los que se exponen jóvenes.

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