Tras salir de la secundaria, Sabino de León comenzó a trabajar como albañil, pues al ser el mayor de sus hermanos tenía que ayudar a sus padres, labor que no le pesa, pues lo hace con amor, y no ve como su “cruz” laborar entre bultos de cemento, grava, arena y ladrillos.
Oriundo del municipio de Tolimán, dijo que en su familia son seis hermanos, cuatro hombres y dos mujeres, y él, como primogénito, tenía que ayudar en la manutención del hogar.
Trabajador de la construcción desde 1990, señaló que “muchas veces cuando sale uno de la secundaria, uno dice: ¿qué más le queda a uno. A trabajar, a trabajar, a ayudar a la familia, y como soy el mayor, tenía que ayudar a mi papá, mamá, hermanos”.
Hombre de fe, apuntó que Dios da los dones y a él le dio el de saber trabajar en la construcción, pues cuando labora junto con sus compañeros hacen cosas muy bellas, sólo con su manos, y con el amor a su oficio.
“Amar al trabajo, todo lo que hagas, hacerlo con amor, porque cuando no lo haces con amor, lo haces como sea, cosas que nos salen mal, aunque andes cansado dices: quiero que esto salga bien”, explicó.
Hombre de mediana edad y estatura media, Sabino, con su cruz de madera en mano decorada con flores blancas y rojas, indicó que se siente orgulloso de ver el fruto de su trabajo, y lo presume con sus tres hijos.
Aseveró que su jornada laboral es de 8:00 a 18:00 horas, de lunes a viernes, y a veces trabaja los sábados, sólo cuando la obra lo amerita, con un sueldo promedio de dos mil pesos semanales, aunque no siempre goza de prestaciones, como Seguro Social.
“A veces hay oportunidades de tener Seguro, a veces, no, pero cuando sí lo dan hay que aprovecharlo. Qué bueno que todo el tiempo tuviéramos Seguro, así con el tiempo, cuando cumpla 60 años, o cierta edad, tengas de dónde agarrar, aseguras a tu familia, o muchas veces recoger un dinerito, porque con el tiempo hará falta, cuando uno tenga 60, 70 años, quién lo va a ayudar, aunque tenga hijos se necesita de dónde agarrar”, acotó.
Actualmente, Sabino trabaja en una casa que se edifica en El Campanario, uno de los lugares más exclusivos de Querétaro, y junto con otros de sus compañeros acudió al templo de La Cruz para bendecir las cruces que colocarán en sus construcciones, para que los protejan y ayuden.
El artesano de la construcción agregó que hay que “trabajar como si no tuvieras necesidad de dinero, trabaja siempre en conjunto, en unidad, porque cuando uno no sabe algo, le pregunta a otro y así salen las cosas”.
“Siempre el 3 de mayo traemos la cruz, porque cuando iniciamos a trabajar decimos que es siempre en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, para que sea Dios el que inicie la jornada de trabajo, que esté junto a nosotros. Voy a trabajar para mis hijos, para mi familia, o para que el trabajo quede bien, porque muchas veces no solo es por construir”, acotó.
Precisó que muchas veces, para conseguir trabajo recurren a los mismos compañeros, quienes les avisan dónde solicitan albañiles, aunque no pocas veces son los mismos ingenieros o arquitectos quienes los buscan, porque ya han trabajado con ellos, teniendo trabajo constante.
“Muchas veces iniciamos desde la excavación, el mamposteo, el tabique, los aplanados, los acabados, el piso, aunque a veces entran los profesionales que hacen la pintura, el yeso”, acotó.
Tras la bendición y laborar media jornada, Sabino y sus compañeros disfrutarán de una comida, con carnitas y pollos, además de una cervezas frías, para al siguiente día volver a su actividad entre cucharas, mezcla y ladrillos.