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Antes de crear Panchitas y Panchitos, una microempresa queretana dedicada al diseño y fabricación de productos artesanales, Leticia Arcos daba clases de pintura. En una ocasión le pidieron que diseñara unos centros de mesa y, entonces, le surgió la idea de fabricar imanes de la tradicional muñeca otomí, pintados en madera.
Era el año 2010 y Leticia buscaba un ingreso extra para completar sus gastos. En ese entonces, se celebraba el Bicentenario de la Independencia de México, lo que la llevó a trabajar en algo representativo de la cultura mexicana, pensando en que la gente lo adoptaría. La Panchita nació un mes antes de la celebración de la lucha armada de 1810.
“Empezamos nada más con los imanes, ese fue nuestro primer producto y lo hicimos pensando en tener mejor ingreso. Pensamos en trabajar con algo que representara a Querétaro, para que la gente se identificara con ese producto y que, al mismo tiempo, a nosotros nos diera una forma de vivir y pagar nuestras cosas”, comenta la mujer en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.
Inicialmente, Leticia salió a ofrecer los imanes a distintas tiendas de artesanías que se ubican en el Centro Histórico de la ciudad de Querétaro, sin tener mucha respuesta de compra.
No obstante, ni ella ni su hija Ireri quitaron el dedo del renglón y la perseverancia y amor por su trabajo las llevaron a que la gente conociera su producto. Así, fueron aumentando el volumen de producción.
Al principio fue la pura muñeca otomí representada en imanes y, un año más tarde, sacaron al Panchito, el primer complemento.
“No podía estar sola la Panchita. Nadie vive solo y, entonces, pensamos en hacer al Panchito”, señala Leticia.
Explica que el nombre hace honor a su papá, quien se llamaba Francisco y se refería a sus hijas como “sus Panchas”.
Seis años después de fabricar los primeros imanes, Panchitas y Panchitos cuenta con una línea de más de 25 artículos, algunos de ellos producidos en colaboración con la empresa Tetra Pak, a partir de material reciclado. La microempresa prepara actualmente una línea de ropa para niña, además de que alista su incursión en el mercado internacional.
Colaboración con Tetra Pak
En 2013, Leticia Arcos se acercó a la empresa Tetra Pak, con la propuesta de incorporar los diseños de la Panchita y el Panchito en las cajas de notas que la empresa repartía como regalos corporativos.
“Ellos ya tenían tiempo reciclando. Lo que nosotros les propusimos fue un cambio a sus productos, que inicialmente eran blancos. Lo platicamos y llegamos a un acuerdo. Actualmente, ya tenemos más de cuatro años trabajando con ellos, y la Panchita y el Panchito han tenido mucho éxito. Empezamos con cajas de notas, lapiceras y libretas. Esos fueron los tres primeros artículos que sacamos”, refiere Leticia.
Estos primeros productos comenzaron a fabricarse en colores rosa y morado; posteriormente, sacaron nuevas líneas de los mismos artículos en más colores.
Con el emblema de un producto 100% sustentable, la colaboración con Tetra Pak implicó, además de fomentar la protección al medio ambiente y los recursos naturales, destinar un porcentaje de las ventas para apoyar a artesanas del municipio de Amealco.
“En Amealco muchas personas viven de la creación y venta de la muñeca otomí. Con un porcentaje de la venta del producto reciclado se apoya a las artesanas que hacen la muñeca en Amealco. Consideramos que es una parte importante, porque ayudamos al medio ambiente, colaboramos con las artesanas y colocamos nuestro producto”, expone la creadora de Panchitas y Panchitos.
A la par de la colaboración con Tetra Pak y viendo la respuesta de la gente, comenzaron a incorporar nuevos productos, como calendarios, portarretratos, alhajeros, tazas, portavasos, agendas, carpetas, bolsas sublimadas con la Panchita y playeras.
“A la gente le gustó la forma en que hacíamos el imán y, viendo la respuesta, empezamos a hacer un poquito más de cosas. Quisimos darle un cambio al regalo que se puede llevar el turista. Tú vas a las playas y vas a las tiendas que normalmente visita la gente y siempre ves lo mismo, nosotros quisimos darle una innovación al regalo que se pudieran llevar”, refiere.
La comercialización de los productos se realiza actualmente en tiendas de artesanías de Querétaro y San Miguel de Allende, en el estado Guanajuato.
Ireri apunta que en la ciudad de San Miguel de Allende se han encontrado con un mercado más abierto, en el que se consume mucho el producto mexicano.
“El de San Miguel es un turista muy diferente, aunque es nacional, como que allá no piensan dos veces en comprar; aquí en Querétaro cuesta más trabajo”, afirma.
Además de las tiendas de artesanías, las Panchitas y Panchitos se encuentran en la Casa Queretana de las Artesanías, un espacio en el que se exhiben artesanías de todo el estado. Luego de una evaluación, las creaciones de Leticia calificaron para ingresar al sitio, cosa que le enorgullece mucho.
La participación en proyectos como la Casa Queretana de las Artesanías y el Mercadito Queretano, otro punto de reunión para el gremio artesanal, ayudó a que se conocieran más los diseños de Panchitas y Panchitos.
No obstante y pese a que el diseño está registrado, no ha faltado la piratería. En relación con este punto, Leticia refiere que muchas personas han sacado el mismo diseño, algo que la empresa contrarresta con un toque personal, pues las cosas son 100% hechas a mano.
“Sí, tenemos una competencia muy grande con las artesanías que no son mexicanas y sí nos pega un poco. Tristemente vamos caminando y nos percatamos que las mismas señoritas que venden sus artesanías venden productos chinos; no sé cuánto les cuesten ni cuánto sea la ganancia para ellas, pero creo que nosotros los mexicanos tenemos productos bien bonitos. Aquí en Querétaro las señoras en Amealco hacen cosas preciosas”, dice.
“Claro que cuesta trabajo. A mí me cuesta mucho trabajo, por ejemplo, pintar las muñecas, pero creo que no tenemos que quitar el dedo del renglón sino seguir adelante y mejorar nuestra calidad para tener mejor competitividad en el mundo y que cuando la gente vea los productos se enamore a simple vista”, acota Leticia.
Primer punto de venta
Las Panchitas y Panchitos estuvieron un tiempo en el Papalote Museo del Niño, aunque ahora están en espera de reingresar a este espacio, tras cambios en la administración del mismo.
Anunciarn que próximamente en Querétaro se abrirá un primer punto de venta, con la idea de abrir mercado en otros lugares e impulsar la parte de la exportación.
Para la línea de ropa, Ireri trabaja con artesanas de Amealco en el diseño de vestidos para niña a los que incorporarán bordados.
Madre e hija están pensando en incursionar en España y, poco a poco, ir abriendo mercado. Hasta ahora han tenido pedidos de Canadá y sus artesanías han llegado a países como Japón y Estados Unidos, aunque no para venta al mayoreo, sino como compras individuales.
“A México lo quieren mucho y aprecian todo lo que hacemos, no se diga las artesanías. Tenemos fe en que nuestro producto pueda aceptarse. Para 2018 prevemos ya estar comerciando allá y, mientras, iremos conociendo todos los trámites legales”, comenta Leticia.
Ireri ve con mucho optimismo que, con lo que está pasando en Estados Unidos, tras la llegada de Donald Trump a la presidencia, al interior del país la gente está buscando cosas mexicanas para consumir.
“Tenemos otra vez este fervor que vimos en 2010 de consumir lo mexicano. Ahorita está mucho lo de consumir local, a diseñadores locales y productos locales. Eso para nosotros es un poco abrir la brecha, no tanto para comerciar, sino para dar a conocer la cultura”, dice.
En México, buscan ingresar los productos en aeropuertos, así como a destinos de playa como Cancún, Acapulco, Ixtapa y Vallarta.
Panchitas y Panchitos genera seis empleos directos, entre personas que ayudan a Leticia a diseñar, pintar, dar el acabado y vender los productos. De forma indirecta la microempresa apoya a alrededor de 10 personas.
Para contactar a esta compañía queretana, en la red social Facebook se les encuentra como Panchitas y Panchitos.