Entre cerros, tierras de cultivos y cavernas prevalecen ocultos más de mil 100 sitios arqueológicos en la entidad, 100 de los cuales se ubican en el municipio de San Juan del Río. Se trata de puntos territoriales en los cuales se ha confirmado la existencia de estructuras piramidales, vasijas, pinturas rupestres, centros ceremoniales y zonas habitacionales de culturas antiguas.
Las zonas arqueológicas mas investigadas se ubican en San Juan del Río, San Joaquín, Huimilpan, Amealco, Landa de Matamoros y Corregidora. Sin embargo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) refiere la presencia de otros vestigios, en los 18 municipios queretanos, que no han sido explorados.
La descripción de los hallazgos indica la presencia de pueblos teotihuacanos, chupícuaros, otomíes y toltecas, pero también hay referencia del paso de mayas, mexicas, huastecos, totonacas y toltecas. Las poblaciones chupicuara y chichimeca tuvieron mayor presencia en San Juan del Río.
La conservación de las zonas arqueológicas se dificulta debido a la falta de recursos económicos o porque se encuentran ubicados en propiedades privadas, reconoció el jefe de Patrimonio Histórico de San Juan del Río, Neftalí Sáenz Bárcenas.
“A lo largo de la historia de este país ha habido una gran diversidad de formas en las que se ha intervenido en los sitios arqueológicos, a veces incluso sin consentimiento de los propietarios de las zonas, pero es importante buscar mecanismos para mantener en buen estado estos puntos, que son el único referente que se tiene de nuestros antepasados”, agregó el jefe de Patrimonio Histórico.
El delegado del INAH en el estado, Manuel Naredo, explicó que los recursos económicos con los que cuentan permiten hacer investigaciones en torno a estos sitios arqueológicos; sin embargo, el instituto no tiene montos específicos para dar mantenimiento a estos hallazgos.
“Los trabajos de campo que realizamos tienen una finalidad de investigación y como institución nuestro objetivo principal es el de investigar, no propiamente dar mantenimiento”, dijo.
En San Juan del Río, por ejemplo, habitantes de zonas como El Barrio de la Cruz, donde se encuentra un basamento piramidal, han contribuido económicamente para conservar la zona, así como limitando el acceso; esta es la única forma en la que pueden intervenir, ya que no cuentan con autorización para dar mantenimiento físico a los monumentos.
En El Rosario, comunidad en la que se hallaron murales teotihuacanos, se procedió a tapar el área para evitar deterioro por saqueos o condiciones climáticas, pero aun así la zona ha sido afectada por vandalismo.
Vestigios más pequeños se ubican a un costado del río San Juan en la comunidad de Santa Rita, pero en este punto no se han realizado trabajos de protección y la investigación en el área ha sido escasa.
Otras localidades como El Chaparro, La Valla, La Llave, Banthí y Santa Lucia, pertenecientes a este municipio, también cuentan con restos prehispánicos reconocidos por arqueólogos, lo que los pone en riesgo de que sean saqueados o dañados por personas que desconocen la importancia de los mismos. Aunque el catálogo de zonas arqueológicas, se encuentra en poder del INAH y no es difundido para proteger los sitios, en algunos puntos de San Juan del Río los habitantes han encontrado restos como vasijas y otros utensilios, los cuales suelen destruir, sin conocer su antigüedad.
Al momento, el Instituto Nacional de Antropología e Historia sólo ha iniciado trabajos de investigación en las zonas arqueológicas de El Barrio de la Cruz y de El Rosario, en este punto se hallaron murales teotihuacanos junto con una estructura piramidal, en lo que respecta a San Juan del Río.
El delegado del INAH agregó que también efectúan trabajos en el área arqueológica de Toluquilla, ubicada en San Joaquín, que pudo tratarse de un centro ceremonial, cuenta con basamentos piramidales y juegos de pelota. Dichos vestigios pertenecieron a la cultura Otomí y se cree que en esta zona también hay influencia de la cultura teohtihuacana.
También se realizan investigaciones en el sitio conocido como Ranas, ubicado en la zona serrana. Los últimos trabajos de investigación apuntan a que Toluquilla tendría relación directa con los vestigios de Ranas, el primer punto se trataba de un área ceremonial, mientras que el segundo tuvo fines comerciales y administrativos.
El INAH iniciará en breve proyectos de investigación en vestigios de Landa de Matamoros, Huimilpan, Cadereyta y Amealco, al igual que en El Cerrito, en Corregidora.
El jefe de patrimonio histórico de San Juan del Río aseguró que la protección de estos sitios radica en mantenerlos ocultos; sin embargo, en algunas comunidades habitantes suelen hallar vasijas y otros objetos que evidencian la presencia de vestigios, por ello consideró necesaria la ubicación detallada de estos lugares para implementar medidas de protección.