Si a los gobiernos del mundo se les otorga toda la responsabilidad de promover y mantener la paz, la humanidad estaría jodida, sentenció en entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro Ahmed ben Tahar Galai, Premio Nobel de la Paz 2015 y vicepresidente de la Liga Tunecina de los Derechos Humanos, organización que pertenece al Cuarteto de Diálogo Nacional Tunecino, quien formó parte del elenco del Hay Festival, que se llevó a cabo en la ciudad de Querétaro.
Debido a que muchos gobiernos mundiales promueven la guerra para beneficiar sus propios intereses, el activista consideró que es necesario impulsar un contrapeso ciudadano que defienda los derechos civiles y que promueva la paz de forma permanente, con el objetivo añadido de cuestionar e impedir que a los gobiernos que establezcan políticas de guerra.
Dijo que es necesario el compromiso y la participación de todos los sectores de la sociedad, desde los intelectuales hasta los ciudadanos, sin olvidar a la prensa y los medios de comunicación, ya que gracias a la fuerza que tienen se puede lograr la difusión de una política de paz.
Ahmed ben Tahar Galai se mostró contrario a la teoría del filósofo inglés Thomas Hobbes, quien consideraba que el estado natural del hombre es la guerra permanente.
Recomendó no tomar a Hobbes como “una divinidad en el tema” ya que está convencido que antes de la guerra hubo paz: “La paz está relacionada con la construcción; uno tiene que construir primero (eso es la paz), luego viene la guerra, que significa destrucción, entonces la naturaleza primordial del hombre es la paz”.
El tunecino reflexiona sobre la antropología del hombre y defiende el hecho de que éste es bueno por naturaleza; sin embargo, el entorno y sus circunstancias modifican su conducta, de manera que lleva a muchos a tener una preferencia por el caos, la violencia y la guerra.
Otro de los temas que le preocupan es la migración en el mundo; de hecho, fue el contenido principal de su exposición en el Teatro de la Ciudad, donde denunció las políticas hipócritas de los países europeos en esta materia, ya que por un lado, cuando mueren migrantes tratando de llegar a los países desarrollados de ese continente “lloran lágrimas de cocodrilo”, pero, por otro, impulsan políticas anti inmigrantes que intentan cerrar sus fronteras y detener el flujo migratorio.
Consideró que algo similar sucede con el gobierno y la sociedad mexicana, quienes se indignan al ver atropellos y abusos en contra de los migrantes mexicanos que intentan llegar a los Estados Unidos; sin embargo, lesionan y no protegen los derechos de los migrantes centro y sudamericanos que cruzan por territorio mexicano.
“A México le hacen falta principios humanistas que guíen las políticas públicas y que regresen al esquema de valores del respeto y la congruencia. Si los mexicanos están exigiendo que sus migrantes sean tratados de forma correcta por los Estados Unidos, como ustedes no son capaces de tratar correctamente a los migrantes centroamericanos”, sostuvo.
Añadió que “si el gobierno mexicano exige y lucha por los derechos de sus migrantes en Estados Unidos y a su vez trata mal y denigra a los migrantes centroamericanos, estamos hablando de un gobierno enfermo y esquizofrénico”, concluyó.