La disminución en el precio de los combustibles no es suficiente para que los transportistas tengan una reducción en sus gastos de operación, afirmó el líder de la Asociación Mexicana de Organizaciones de Transportistas (Amotac), Rafael Ortiz.
Aseguró que aunque pareciera que tendrían beneficios con esta medida tomada por las autoridades, no es de esta manera, pues a la par de la disminución del precio de la gasolina y el diésel se dan una serie de incrementos que a ellos los perjudica.
El aumento en los trámites para emplacar, los permisos para transportar, licencias de manejo, así como el peaje de algunas casetas de cobro merman las ganancias de los transportistas.
Explicó que ellos deben tener una tabla de tarifas fijas que les permita hacer frente a estas modificaciones en los precios, y que sean revisadas y modificadas periódicamente para tener el margen de ganancia que ellos merecen.
Recordó que el 65% del cobro de un flete se destina a combustible, además del pago del resto de los servicios, por lo que han solicitado al gobierno federal que se busque un acuerdo que los favorezca a ellos.
Calificó de que no son tomados en serio por el gobierno federal, pues mientras en el país el litro de diésel se cotiza en 13.77 pesos, en tanto que las gasolinas Premium y Magna se venden en 13.98 y 13.16, respectivamente.
En tanto que en Estados Unidos el litro de gasolina y diésel está en 8.82 y en la frontera norte de nuestro país es 7.82; por lo que pidió que se homologue el precio de los combustibles en todo el país.
Aseguró que desde el año pasado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, les adelantó que este año tendrían una reducción en el costo del combustible, pero dijo que esta medida no es suficiente, pues se deberían anunciar bajas cada mes y hacerlo de manera escalonada, pues sólo de esta manera comenzarían a tener beneficios.
Detalló que en este momento están en guardia, pues no descartan la posibilidad de un incremento que afecte sus operaciones.
Por otro lado, declaró para EL UNIVERSAL que el diésel que venden en nuestro país es de mala calidad, por lo que no da el rendimiento que en otros países, situación que incrementa sus gastos de operación, además de que no pueden cambiar sus motores por unos menos contaminantes, ya que no funcionarían con el combustible que así se vende.
En esta situación se encuentran los más de 280 mil transportistas que están afiliados a la Amotac, los cuales representan más de la tercera parte del transporte en general, concluyó.