Actualmente, 231 niños han sido rescatados de la calle y reciben atención en el centro de día Njhöya, informó la coordinadora Rocío Prado y agregó que por temporada vacacional, se espera un alza de 20% en la afluencia de personas que se acercan a dicho albergue.
“En el periodo vacacional se incrementa el número de menores en las calles y con ello la población diaria que asisten al centro de día. Este fenómeno se da ya que, al no tener que ir a la escuela, los niños van a trabajar con sus padres o son canalizados al centro”, apuntó.
Rocío Prado manifestó que actualmente 80% de los niños que son atendidos provienen del municipio de Amealco de Bonfil, de la comunidad de Santiago Mexquititlán. El porcentaje restante de infantes viven en colonias como Las Margaritas y Nueva Realidad, de Querétaro.
“Nosotros trabajamos para que nuestros educadores de calle, quienes contactan a estas personas, realicen un trabajo de campo para poder erradicar o disminuir la presencia de menores de edad que trabajan, con el ideal de eliminar el trabajo infantil”, aseguró.
De acuerdo con datos del DIF municipal, los principales motivos por los cuales los niños realizan algún tipo de trabajo son relativos a la economía familiar; ya sea porque los padres necesitan que se les ayude para pagar la escuela, cubrir los gastos de la casa o ayudar para la compra de alimentos.
El DIF municipal de Querétaro, por medio del Programa de Protección al Menor y su Familia en Situación de Calle trabaja con 107 familias que requieren atención u apoyo.
Derivado de la problemática que implica el contar con infantes que trabajan en las calles, se implementan diferentes acciones por medio de un enfoque humanista, que faciliten el desarrollo de los niños y que generen nuevos modelos de vida, comentó Rocío Prado.
En el Centro de Día, los menores de tres a 17 años son recibidos y realizan diferentes actividades en materia de educación, salud, convivencia familiar, actividades recreativas, deportivas y culturales; también reciben desayuno y comida, entre otras cosas, mencionó la coordinadora.
Con la visión de ayudar a la erradicación del analfabetismo, Rocío Prado expresó que ofrecen “a todos los padres de familia darles educación a sus hijos desde preescolar, primaria no formalizada y secundaria, para que después los niños se puedan integrar a la educación formal”.
Brindan espacio
Por medio del Centro de Día Njhöya, las autoridades del DIF municipal brindan un espacio para la permanencia y preparación de los niños que actualmente son enviados por sus padres a vender dulces en las calles y avenidas de la ciudad, a limpiar parabrisas o simplemente a pedir dinero a los ciudadanos.
Con este programa se busca evitar que los menores de edad se dediquen a laborar en las calles o algunos establecimientos sin ninguna protección y que, gracias a los conocimientos obtenidos en el centro de día, en un futuro puedan —junto con sus familias— contar con oportunidades que les permitan mejorar su calidad de vida, refirió la coordinadora del centro Njhöya.
También, los padres de familia de los menores en situación de calle, participan de manera activa en el Centro de Día Njhöya, y dedican parte de su tiempo a las labores de jardinería, mantenimiento de instalaciones y en la elaboración de los alimentos que se les proporcionan a las niñas y niños que asisten a las instalaciones.