En las instalaciones del Centro de Congresos de la capital se celebró la conmemoración de los 104 años de la Marcha de la Lealtad, para recordar el recorrido que realizó el presidente mexicano Francisco I. Madero, el 9 de febrero de 1913, desde el Castillo de Chapultepec al Palacio Nacional, escoltado por los cadetes del Heroico Colegio Militar durante el inicio del golpe de Estado conocido como la Decena Trágica.
El general Carlos César Gómez López, comandante de la 17va Zona Militar, encabezó la ceremonia, acompañado de autoridades, federales, estatales y municipales, que tuvo como invitados especiales a alumnos de cuatro escuelas del estado, las primarias Fernando Tapia, Himno Nacional Mexicano y Quetzalcóatl, la Escuela Secundaria No. 79, quienes después de sorprenderse con las salvas de honor que se dispararon por la conmemoración, ingresaron y disfrutaron de la exposición Fuerzas Armadas... Pasión por servir a México.
“Sin duda alguna, conocer nuestra historia resulta fundamental para fomentar y consolidar la identidad nacional, el sentido de pertenencia y fortalecer la unidad por situaciones adversas. Es ante dichas adversidades cuando la práctica de los valores morales que han de coadyuvar para superar los obstáculos y preservar en todo momento la integridad de nuestra patria”, explicó Ángel Xotlanihua Tetla, capitán Segundo de Arma Blindada en la Zona Militar.
Afirmó que en este contexto resulta inevitable resaltar que algunos valores deben ser profesados en forma permanente, debido a su impacto que es determinante en la vida misma de la nación. Es por eso que hoy rememoramos con gran solemnidad un acontecimiento que puso de manifiesto uno de los valores de ideales del pueblo mexicano: la lealtad”.
La mañana del 9 de febrero de 1913, los generales Manuel Mondragón, Félix Díaz, Bernardo Reyes, al mando de cadetes militares de la Escuela Militar de aspirantes de Tlalpan y las tropas del cuartel de Tacubaya tomaron por asalto el Palacio Nacional en la Ciudad de México con la intención de derrocar al presidente Francisco I. Madero.
No obstante, la audacia y valor de las tropas comandadas por el general Lauro Villar impidieron que los sublevados cumplieran su cometido y recuperaron el Palacio Nacional.
Una vez enterado el presidente Madero de los acontecimientos, ordenó al teniente coronel Víctor Hernández Covarrubias, subdirector del Colegio Militar, que los alumnos del plantel se prepararan para salir en uniforme de gala y con su dotación de cartuchos completa, a fin de darle escolta y seguridad. Enseguida inició la marcha rumbo a la ciudad.
Las acciones realizadas, del Castillo de Chapultepec a Palacio Nacional, por parte de los cadetes para con el presidente Madero aquel 9 de febrero de 1913, demostraron la lealtad de los jóvenes ante el presidente de la República, para defender la paz interior de las instituciones legalmente constituidas y tratar de derrotar a los sublevados.
“La Marcha de la Lealtad es ejemplo de pundonor y patriotismo para las generaciones venideras, por lo que al evocar esta epopeya debemos hacer conciencia de que la lealtad no es un valor privativo de las Fuerzas Armadas. La lealtad es un valor propio de mujeres y hombres, tanto civiles como militares, la lealtad está acompañada del honor y compromiso ya que sin ellos no se puede concebir”, comentó el capitán Segundo de Arma Blindada.